Los científicos dan un plazo de 10 días para confirmar el "agotamiento" del volcán

La Palma amaneció este miércoles sin signos de la erupción tras 88 días
El valle de Aridane, en La Palma, amaneció este miércoles sin signos visibles de la erupción que comenzó hace 88 días en Cumbre Vieja. LUIS G. MORERA (Efe)
photo_camera El valle de Aridane, en La Palma, amaneció este miércoles sin signos visibles de la erupción que comenzó hace 88 días en Cumbre Vieja. LUIS G. MORERA (Efe)

La falta de actividad volcánica desde el lunes por la noche, verificada tanto en las pautas observables como en las mediciones en los sistemas de vigilancia, corrobora el "agotamiento" del volcán de La Palma, pero los científicos han establecido un plazo de diez días sin incidencias para dar por finalizada la erupción.

A la ausencia de señales eruptivas de los dos últimos días en cuanto a emisión de lava, sismicidad, tremor y deformación del terreno, se ha sumado el indicador que faltaba para corroborar la buena evolución de la crisis volcánica: las emisiones de dióxido de azufre en el penacho, que desde el martes a partir de las 14.00 horas han registrado valores extremadamente bajos.

El hecho de que finalice la erupción no quiere decir que haya terminado la emergencia. El acceso a las zonas cercanas a las coladas y el regreso de los evacuados a sus casas requiere un "periodo de seguridad", ha puntualizado María José Blanco, portavoz del comité científico del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico en Canarias (Pevolca).

Miguel Ángel Morcuende, portavoz del comité técnico del Pevolca, ha indicado que los vecinos podrán regresar a sus viviendas "en un futuro más o menos cercano, pero no va a ser en breve". "Estamos estudiando y monitoreando las variables para que no haya problemas a la hora de volver con seguridad", ha indicado Morcuende.

 

PRECAUCIÓN CON LOS GASES. El portavoz ha hecho un insistente llamamiento a las personas que accedan a las zonas evacuadas por razones de limpieza de las casas u otros motivos para que tengan especial cuidado con la presencia de gases, sobre todo monóxido y dióxido de carbono en lugares como garajes subterráneos, cuevas, sótanos o bodegas.

El martes una persona tuvo que ser atendida por mareos en Puerto Naos, donde la Guardia Civil precintó un aparcamiento subterráneo, ha expuesto Morcuende para mostrar la gravedad de esta amenaza para la salud de las personas.

Es importante no entrar en zonas subterráneas sin estar acompañados de personal del Pevolca con medidores de gases, así como abrir ventanas y ventilar las edificaciones en superficie antes de acceder a ellas, sobre todo en la zona sur de la emergencia volcánica, ha insistido el portavoz.

Morcuende ha facilitado las últimas mediciones sobre la superficie afectada por la crisis volcánica y ha confiado en que sean los datos definitivos: las coladas ocupan 1.198 hectáreas, que suben a 1.221 si se incluye el cono volcánico. Los dos deltas lávicos suman 48,02 hectáreas, de ellas 5,05 correspondientes al delta más al norte, y la anchura máxima cubierta por coladas es de 3.350 metros.

Un equipo científico ha subido al cono principal por primera vez este miércoles

A partir de dos imágenes térmicas de la zona de coladas cercanas al cono tomadas este martes y este miércoles, Morcuende ha indicado que la temperatura superficial ha bajado, pero se mantiene por encima de 400 grados, lo que significa que aún transcurrirá tiempo hasta que se enfríe el terreno.

María José Blanco ha explicado que aún queda un remanente de lava circulando por los tubos volcánicos y en algún punto concreto también por la superficie, si bien se observa en áreas cada vez más alejadas del cono. 

Un equipo científico ha subido este miércoles por primera vez al cono principal del volcán para tomar datos sobre gases y ha filmado imágenes del interior del cráter: allí donde el lunes había explosiones, lava y ceniza, ahora solo se observan fumarolas.

Las imágenes, rodadas a las 13.00 horas, muestran un cráter profundo, en cuyo interior se observan derrumbes y varias fumarolas, pero donde solo se oye ya el ruido que el viento provoca sobre el micrófono de la cámara.

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