El debate para la reforma de la Constitución, en barbecho a la espera del 21-D

El resultado de las elecciones en Cataluña estuvo muy presente este año en la celebración del 39 aniversario

Ana Pastor y Alberto Núñez Feijóo. CHEMA MOYA (EFE)
photo_camera Ana Pastor y Alberto Núñez Feijóo. CHEMA MOYA (EFE)

La siempre pendiente reforma de la Constitución, que cumplió 39 años, parece haberse quedado en barbecho a la espera del resultado de las elecciones en Cataluña y sobre todo de saber quién conseguirá formar gobierno, una completa incógnita que marcará el devenir político de los próximos tiempos. Todos miraban de reojo a Cataluña en la recepción solemne por el día de la Constitución que ha reunido este miércoles en el Congreso al Gobierno en pleno, líderes políticos, presidentes autonómicos, diputados y senadores y altas instituciones del Estado.

A un año de cumplir las cuatro décadas y con una crisis territorial sin parangón en la historia democrática, el debate sobre la reforma de la Carta Magna ha ido ganando enteros en los últimos meses con la vista puesta en el desafío independentista en Cataluña. Ha marcado los tiempos el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que se ha mostrado dispuesto a hablar sobre esa reforma pero sólo si hay un amplio consenso y cuando exista "una idea clara de lo que hay que hacer".

En ningún caso, ha garantizado, para contentar a quienes, como los independentistas, quieren liquidar la Constitución y, con una línea roja, la defensa de la soberanía nacional. Rajoy se muestra reticente y el líder del PSOE, Pedro Sánchez, está convencido de que al PP no le va a quedar otra que sumarse a ese impulso de modernización y actualización de la ley de leyes.

Sánchez ha apostado a que en 2018, año en que la Constitución cumple 40 años, será cuando se empiece a trabajar en su actualización, Carta Magna de la que hace una lectura "positiva, pero también autocrítica".

El líder socialista se ha mostrado además convencido de que después de las elecciones catalanas el conjunto de las fuerzas políticas dará su brazo a torcer y se sumará a la comisión de evaluación del Estado autonómico impulsada por el PSOE en el Congreso y que considera antesala de la reforma constitucional.

La propia presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha esbozado en su discurso una puesta al día de las normas de convivencia, un debate que sitúa siempre en el Parlamento, la sede de la soberanía nacional. Pastor ha abogado por una reflexión "en profundidad" para incorporar a la ley de leyes los "cambios y transformaciones" que permitan dar continuidad a "nuestra historia de éxito" pero buscando siempre "más lo que nos une que los que nos separa".

No obstante y al mismo tiempo, la presidenta del Congreso ha defendido la vigencia de la actual Carta Magna como "freno" y "guardián" frente a quienes intentan saltarse la ley, en referencia los líderes independentistas catalanes. El partido que no ve mayorías ni "números" para reformar la Constitución es Podemos, que renuncia a incorporarse a la comisión sobre el modelo territorial que se pondrá en marcha en enero en el Congreso.

Por contra, Pablo Iglesias ha pedido abrir un "gran diálogo de país" centrado en lograr un nuevo acuerdo social, un pacto territorial y un acuerdo frente a la corrupción, tres ejes que cree que deben sustentar el debate constitucional. Iglesias ha asegurado que este debate "incumbe a toda la sociedad" y no se puede resolver con comisiones parlamentarias.

De todos modos, es pesimista sobre las elecciones en Cataluña y ve grandes posibilidades de que el resultado haga imposible cualquier pacto de Gobierno y que haya que ir a una repetición de los comicios. Ve "inverosímil" casi cada una de las opciones de acuerdos de Gobierno que puedan salir de las urnas el 21 de diciembre, dados los vetos cruzados entre unas y otras fuerzas políticas.

También en clave electoral, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha aprovechado la recepción del Día de la Constitución para hacer campaña por su candidata en Cataluña. Cree Rivera que Inés Arrimadas es la "garantía" para unir a los catalanes entre sí y que Cataluña "se dé la mano" con el resto de los españoles.

La Constitución, "ahora más que nunca", ha señalado, "hay que aplicarla", como se ha demostrado en Cataluña con la entrada en vigor del artículo 155 para garantizar la ley y el Estado democrático. Un 155 defendido también por Rajoy, que ha afirmado que ese artículo es "plenamente constitucional y democrático" y que existe en todos los países de nuestro entorno.

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