Un día en los libros de Historia

La jura de la Constitución por parte de la princesa Leonor es vivida en Madrid como un gran acontecimiento histórico por ciudadanos, periodistas y autoridades
La Princesa saluda a personas congregadas en la calle en Madrid. EFE
photo_camera La Princesa saluda a personas congregadas en la calle en Madrid. EFE

Apenas eran las siete de la mañana cuando, en mitad del ajetreo imperturbable de la glorieta de Carlos V, en Atocha, varios viandantes habituales se detenían atónitos este martes a contemplar las banderas de España que pendían de los buses urbanos y que también portaban consigo varios monárquicos entusiasmados que a esas horas ya bajaban en pelotón hacia la Puerta del Sol.

Los transeúntes desconcertados, por más voluntad que le ponían, no atinaban a recordar, a esas horas inhóspitas de la mañana, qué le estaba pasando a la capital, si ninguna Selección se acaba de hacer con ningún Mundial. Ya en el Paseo del Prado, se topaban sin remedio con el rostro de la princesa Leonor, impreso en decenas de carteles, y solo entonces caían en la cuenta: "¡Que hoy es la jura!", se decían unos a otros, recordando el bombardeo mediático, sorprendidísimos de repente de su olvido momentáneo.

En Neptuno, el caos habitual de la ciudad era eclipsado por la certidumbre silenciosa de que estar allí era ya, inevitablemente, formar parte de algo que quedaría guardado para siempre en la memoria colectiva de un país y en sus libros de texto, aunque muchos solo fueran a recordar de aquel día la odisea interminable en que se convirtió llegar a su puesto de trabajo.

Una de las pantallas instaladas en Madrid para seguir la jura de la Princesa. EFE
Una de las pantallas instaladas en Madrid para seguir la jura de la Princesa. EFE

En todas las esquinas de las avenidas aledañas al Congreso de los Diputados había grupos de policías impidiendo el acceso y por cada uno de ellos pasaban peregrinando los periodistas en su camino a la calle Cedaceros, donde se obraba el milagro de la entrega de acreditaciones. "Somos privilegiados. Esto estará en los libros de Historia", se escuchaba repetidamente este martes en la fila de entrada a la Cámara Baja.

En la carrera de San Jerónimo, reservada únicamente a la prensa, poblaban la acera, desde Neptuno hasta pasada la plaza de las Cortes, decenas de reporteros procedentes de todas las comunidades autónomas y de diversos países del mundo, como Francia, Reino Unido, Brasil o Portugal. "Solo en la calle, son más de cien periodistas acreditados", apuntaba un agente de seguridad. "Yo he contado rápido y hay por lo menos ciento cincuenta", le respondía otro.

A las nueve y media de la mañana, a pesar del frío, ya no cabía un alfiler frente a la fachada principal del Congreso. Los de seguridad, aún con sus trajes y sus pinganillos y sus rostros tan serios, no podían resistir la tentación de hacerse una foto, sonrientes, posando ante el baldaquino.

A las diez, los balcones de los edificios con vistas a la escalinata de los Leones —las oficinas de una aseguradora, un par de hoteles, un banco— se abarrotaban de curiosos expectantes que abandonaban por una hora su puesto de trabajo para contemplar el desfile militar y la llegada a pie por la alfombra roja de la Familia Real y del presidente del Gobierno en funciones.

Desfile militar este martes ante el Congreso. EUROPA PRESS
Desfile militar este martes ante el Congreso. EUROPA PRESS

Mientras los periodistas, tras horas de espera, contenían la respiración al paso de las autoridades y en las fachadas de la Plaza de las Cortes solo resonaban los disparos de las cámaras fotográficas, en los ventanales cercanos el público interrumpía el silencio con vivas al Rey, a España y a la Princesa de Asturias.

Unos 800 metros más allá, en la Puerta del Sol, centenares de personas seguían emocionadas la ceremonia de jura de la Constitución desde las dos pantallas habilitadas por la Comunidad para tal efecto. Muchos de ellos eran madrileños, concentrados allí desde primera hora de la mañana para ver pasar la comitiva de la princesa Leonor y cantarle el cumpleaños feliz, pero muchos otros habían llegado desde distintos rincones de España solo para vivir "este momento histórico a menos de un kilómetro del Congreso".

"Como este día no viviremos muchos más", resumía una pareja procedente de las Canarias. "Es un día para contar a nuestros nietos".

Símbolos más que regalos
Moneda
La FNMT va a acuñar y a poner en circulación antes de fin de año una moneda con la efigie de la princesa con un valor de 40 euros.
Moedas
Sello
Correos emitió un sello conmemorativo, con una tirada de 124.000 ejemplares y un precio de tres euros.
 
Selo

Medallas
El Principado le concederá la Medalla de Asturias, tal y como hizo con su padre en 1986. Madrid también aprobó la concesión de su Medalla de Oro.

Campanas
Las campanas de la Catedral de Oviedo y de la Basílica de Covadonga voltearon este martes y también se invitó a las parroquias, casas religiosas y monasterios de la Diócesis de Oviedo a que hicieran lo mismo.

Banderas
Madrid, que ubicó una gran pantalla en la plaza de Callao, repartió banderas de España para que los ciudadanos pudieran engalanar sus balcones.

Aperitivo
La Asociación de Restaurantes y Tabernas de Madrid preparó un aperitivo especial para la ocasión que se sirve en una docena de locales. Es una gilda (piparra o guindilla en vinagre con anchoa y aceituna), a la que se añade como adorno una bandera de España.

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