El dueño de la finca de Totalán asegura que era imprevisible la caída al pozo de Julen

David Serrano Alcaide ha declarado en calidad de investigado por homicidio imprudente durante casi dos horas

David Serrano, en el centro. DANIEL PÉREZ (EFE)
photo_camera David Serrano, en el centro. DANIEL PÉREZ (EFE)

El dueño de la finca de Totalán donde está el pozo en el que murió el niño de 2 años Julen el pasado 13 de enero ha mantenido su inocencia ante la titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga y ha alegado que era imprevisible la caída. David Serrano Alcaide ha declarado en calidad de investigado por homicidio imprudente durante casi dos horas y ha insistido en que consideró el peligro y que puso dos bloques de hormigón para evitar que nadie se lesionara, pero en ningún caso pensó que alguien pudiera caer.

Además ha explicado a la jueza que es un "ignorante" en los trámites administrativos necesarios para la realización de un pozo y que se encomendó a un profesional, en referencia al pocero que hizo la prospección, han explicado los abogados de Serrano Alcaide a los periodistas.

El investigado ha contestado a todas las preguntas y durante el interrogatorio, además de la jueza instructora, ha asistido la letrada de la acusación particular -en representación de los padres del niño-, el ministerio público y dos abogados de la defensa. Durante su comparecencia, al dueño de la finca se le ha exhibido diversa prueba documental, entre ella algunos planos de la zona donde cayó Julen, y ha respondido también a las cuestiones planteadas por la jueza, han informado a Efe fuentes judiciales.

En su declaración ha asegurado que advirtió del peligro a los asistentes y ha relatado la forma en la que ocurrieron los hechos, sin poder precisar cómo se precipitó Julen. Ha contestado tranquilo y sin caer en contradicciones y su abogado, Antonio Flores, ha afirmado que su cliente sigue contando con el apoyo de los padres de Julen, "son todos una familia, han sufrido mucho y siguen conmocionados", ha agregado.

El letrado ha defendido que su patrocinado siempre pensó que la licencia estaba concedida ya que había pasado un mes desde que se lo pidió al pocero hasta que comenzó el trabajo. Sobre el peligro, el deber de cuidado, ha reiterado que su cliente lo evaluó en base a que pensó a que se podía lesionar una persona y por eso puso esos bloques de hormigón, pero en ningún momento creyó que pudiese caer alguien.

En este sentido, Antonio Flores ha subrayado que "hasta el decano de los geólogos de este país dijo que un niño no había podido caer ahí y que en tal caso estaría encajado" y, ha destacado, que "eso lo dijo una persona que se dedica al estudio del interior de la tierra".

Por tanto, ha reiterado que si los profesionales no podían creerlo, cómo su cliente va a tener ese conocimiento "era totalmente imprevisible que ocurriera algo así en este país o en el mundo entero". "Ni un adulto, ni un niño, ni un animal, nadie podía prever que se pudiera caer alguien por ahí; diferente es que pudieran haber tropezado alguien y romperse la nariz y por eso puso los bloques", ha insistido el letrado.

Ha reconocido que no se sabe cómo el pequeño acabó en el pozo, que hay varias hipótesis pero que el momento del fatal desenlace no se sabe cómo sucedió.

Antonio Flores ha dicho que su cliente solo está investigado, no es culpable de nada y ha lamentado que sea "el cabeza de turco", por lo que ha pedido respeto y comprensión. Ha afirmado que se han producido comentarios en redes sociales que rozan el odio, e incluso por parte de gente cercana que lo han llamado asesino, por lo que están valorando si lo van a poner en manos de la autoridad judicial competente.

Serrano Alcaide ha llegado al juzgado a las 10.45 horas y ha afirmado: "voy a ratificarme en lo que declaré ante la Guardia Civil" y ha asegurado sentirse "abatido", pero al salir de la comparecencia judicial ha preferido no hacer declaraciones a los medios de comunicación.

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