El teletrabajo facilita la conciliación y aumenta un 15% la productividad

La implantación en España de esta fórmula es del 26%. "En América no entienden que vayamos al trabajo a hacer amigos", dice un experto
A pesar de las múltiples ventajas que tiene el teletrabajo, en España no está demasiado extendido
photo_camera A pesar de las múltiples ventajas que tiene el teletrabajo, en España no está demasiado extendido

El teletrabajo incrementa en al menos un 15 por ciento la productividad de los empleados, contribuye a la sostenibilidad por lo que conlleva el ahorro en desplazamientos y facilita la conciliación de la vida laboral y familiar, pero en España no avanza más deprisa porque la cultura del presentismo, la escasa implantación del trabajo por objetivos y la concepción social del empleo son "un muro de hormigón".

Lo explican el presidente de la Fundación Más Familia, Roberto Martínez; la emprendedora y creadora de las iniciativas #MamiConcilia, #PapiConcilia y miempresaconcilia.es, Usúe Madinaveitia; y la presidenta de Mujer y Empresa, Carmen Sanz Chacón, quienes inciden en el avance que supondría alcanzar cotas de implantación al menos cercanas a la media europea.

Fundación Más Familia promovió el Libro blanco del teletrabajo en España en el año 2012, un diagnóstico de la situación que no arroja, según afirma su presidente, muchas diferencias con el que se podría dar cuatro años después. En aquel momento se estimaba que el 26% de los españoles realizaba algún tipo de teletrabajo, frente a la media europea del 35%. En EE.UU. está en el 56%.

"No es que hayamos retrocedido, porque alguna empresa lo ha implantado en este tiempo, pero como todas las medidas de conciliación, en general, ha avanzado muy despacio con la crisis económica porque ha imperado el concepto del ahora no toca y el por lo menos tienes trabajo", explica Martínez.

Eso, pese a que según afirma, "un teletrabajador mejora entre un diez y un quince por ciento su productividad". "Simplemente alguien que se queda en su casa elimina una serie de ladrones de tiempo que en otro ámbito sí tiene, como reuniones sobre la marcha, alguien que te enseña una foto o te cuenta algo o se toma contigo un café. Solo con eso la mejora es del 15% y a partir de ahí, hay estudios que hablan de hasta un 30% en contextos determinados y con elementos que no siempre se dan", señala.

En todo caso, dice que en España "cuesta más que en otras culturas, como la anglosajona, donde son mucho más favorables al teletrabajo porque no lo tienen socializado". "Aquí además de para ganar un sueldo, vamos al trabajo a hacer amigos que es una cosa que un americano no entiende. Eso nos supone un problema añadido, como otros aspectos de corte cultural porque lo que nos sucede a los empleados les sucede a los directivos, que solo saben gestionar y evaluar a sus equipos en presencia", añade.

En su opinión, este es el "gran muro", porque en realidad, España tiene el resto de los ingredientes: altos niveles de conectividad en los hogares e implantación de dispositivos móviles, problemas de movilidad y contaminación en las grandes ciudades que van en aumento y requieren de soluciones drásticas que reduzcan los desplazamientos y una demanda social que exige poder armonizar su vida personal con el trabajo.

"Esto no va más rápido porque de todos esos ingredientes el más importante son los directivos, y esos no son millennials, son gente acostumbrada a dirigir personas y equipos con unas pautas muy concretas, presenciales", apunta Martínez. Considera por ello que es cosa de una generación, "quizá de 10 o 15 años" que el muro caiga porque "las nuevas generaciones no tienen tan en su ADN la vida presencial".

Para conseguirlo, la responsable de Mujer y Empresa apunta que "se necesitan las herramientas necesarias pero también la formación adecuada, eso implica un mayor esfuerzo organizativo", lo que quizá explica por qué "en grandes compañías está empezando a ser una realidad pero no en la pequeña y mediana empresa".

Comentarios