Enric Juliana: "Puede que algún insensato piense que cuanto peor, mejor, pero es un error"

El director adjunto de La Vanguardia acudió este viernes al II Simposio de Política Pop en la UNED de Lugo, la cual cerró con su conferencia 'España en el diván'

Enric Juliana, este viernes en Lugo. SEBAS SENANDE
photo_camera Enric Juliana, este viernes en Lugo. SEBAS SENANDE

ES LA VOZ a la que acudir en busca de una crónica política entusiasta y sosegada, lo que resulta una rareza en un momento en el que las tertulias ensombrecen el análisis político. Enric Juliana (Badalona, 1957) cerró este viernes el II Simposio de Política Pop en la Uned de Lugo con su conferencia España en el diván. A una semana para que empiece la campaña de las elecciones generales, cree que los ciudadanos afrontan un dilema entre un país "de alto conflicto" y uno "viable".

¿Cuál fue el primer acontecimiento político que le entusiasmó?
Yo aprendí a leer con La Vanguardia antes de ir a la escuela. Leía periódicos progresivamente. Me gustaba mucho leer y recuerdo haber seguido con enorme pasión los acontecimientos de Portugal de 1974 (la Revolución de los Claveles contra la dictadura). Me acuerdo que devoraba los periódicos.

¿Por qué decidió ser periodista?
Porque me gustaba escribir y se me daba bien ya con 14 años. Fue algo vocacional. Empecé como corresponsal local en Barcelona, una ciudad grande. En aquellos años 70, la prensa estaba muy controlada, pero empezó a haber cierta tolerancia con la información local, no se podía criticar al gobernador civil, pero sí al alcalde. Era una ciudad con mucho movimiento social, protestas...

¿Le ha decepcionado la política?
No he visto la política como algo que me tenga que ilusionar. Me interesa en la medida en que es un reflejo importante, no el único, de la sociedad. No he sido muy partidario de idealizar la política porque es real como la vida. En la medida en la que no la he idealizado, no me decepciona, pero sí advierto el desgaste. Hay una crisis de idea y acción. No hay un relato claro entre lo que se dice y lo que se puede hacer. Pero sé que funciona así y tengo curiosidad por verla.

La curiosidad será ahora mayor.
Sí, porque lo importante es lo que va a decir la sociedad. Son unas elecciones importantes. Creo que el dilema está en si vamos hacia una España de alto conflicto o hacia una viable.

¿Un Gobierno de derechas situaría al independentismo en una posición más cómoda porque significaría incrementar la tensión?
Puede que algún insensato esté pensando eso. En Cataluña, en Waterloo (donde reside el expresident Carles Puigdemont), puede que a alguien le interese el alto conflicto, pero es un error de lectura. Esa situación sería mala para la sociedad catalana y para el conjunto de la española porque el conflicto, al final, no se circunscribiría solo a Cataluña. Algún nihilista ruso del siglo XIX podía defender eso de cuanto peor, mejor, pero no, cuanto peor, peor.

Lo acontecimientos de 2017 mostraron a algunos catalanes los límites. No para todos, pero fue un baño de realismo

¿Hay algo positivo que extraer de todo lo sucedido en Cataluña?
Eso no tiene una respuesta fácil. Para algunos catalanes, los acontecimientos de octubre, noviembre y diciembre de 2017 les mostraron el límite. No para todos, pero fue un baño de realismo. Veo muy pocas cosas positivas, pero si hay alguna, sería esa.

El juicio al procés juega también un papel político en la precampaña.
En Cataluña el juicio es seguido por mucha gente y hay mucha gente que se siente herida. Los independentistas se sienten heridos porque la autonomía fue suspendida, nueve de sus dirigentes están sentados en el banquillo de los acusados del Supremo porque el que fuera president de la Generalitat está en Bruselas, Junqueras encarcelado... Pero también se sienten heridos los que no querían verse obligados a decidirse entre nos vamos y nos quedamos. La reconciliación interna de la sociedad catalana no es imposible, no se puede hacer en dos días, pero no hay daños irreparables en Cataluña y creo que esta idea es muy importante. Pero de los conflictos emana energía y a veces interesan porque hay quien considera que esa energía le resulta útil.

La clave de un pacto de Sánchez con los independentistas será su nivel de compromiso

Las encuestas dan a ERC un mayor peso en el Congreso y la primera posición en el Parlament. ¿Sánchez se expondrá a volver a apoyarse en los independentistas?
Esquerra es especialista en ganar encuestas y no ganar elecciones. No cuestiono que vaya a sacar un buen resultado, pero dudo que un partido independentista sea el más votado. Habrá que ver cuánto suman. No veo imposible que Sánchez pacte con los independentistas porque ya lo ha hecho, pero la clave será saber hasta qué punto se quiere comprometer.

La extrema derecha tiene representación parlamentaria en Alemania, Francia o Italia. ¿Frenarla en España era inevitable?
Hay un factor desencadenante muy poderoso: la presidencia de los EE.UU. Vox es la emanación más clara que hay en España del discurso del presidente de EE.UU. No sé si el auge de la extrema derecha era inevitable, pero forma parte del paisaje de Occidente. Mi única crítica es que algunos medios dan excesivo pábulo a un partido sin representación parlamentaria y que ha de demostrar que tiene la fuerza necesaria para entrar en el Parlamento.

"La gente se ha precipitado al dar a Podemos por muerto"
Juliana esboza un breve perfil de los principales candidatos a las elecciones del 28 de abril. Entre todos, ensalza el potencial de Podemos: "La gente se ha precipitado al darlos por muertos".

¿Quién es el candidato más hábil?
Pedro Sánchez está en su papel, un tanto conservador. Ha elegido el momento adecuado. Fijar la fecha de las elecciones es uno de los poderes que tiene como presidente del Gobierno y no habría podido encontrar otro momento mejor. Si pierde, ni en sueños podría haber ganado antes. En cuanto a Podemos, la gente se ha precipitado a darlos por muertos. Es verdad que están en una situación mala, en descenso en las encuestas, pero la reincorporación de Iglesias se ha notado. Para mí es la personalidad más fuerte en términos políticos. Pablo Casado es exageradamente correoso y parte de una situación difícil. Veo a Albert Rivera un tanto desdibujado y sobre Santiago Abascal apenas puedo opinar porque el líder de Vox ahorra mucho sus comparecencias.

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