Escápate a Espasante, un oasis recóndito

Porto de Espasante queda lejos de todo y de todos. Rodeado de mar por tres costados, goza de una ubicación privilegiada entre O Fuciño do Porco y el cabo Ortegal. Naturaleza pura y dura
Vista de Espasante
photo_camera Vista de Espasante.

Porto de Espasante es un oasis en tierra de nadie. Distante de las grandes ciudades, este pequeño pueblo marinero entre Ferrol y Viveiro es famoso por su Porco Antón, un vecino ilustre que tiene desde hace un par de años hasta su propia estrella en el paseo marítimo.

El cerdo es un tótem para los lugareños desde hace al menos dos siglos, pero en pleno siglo XXI sirve de excusa perfecta para una visita. Sin embargo, desde enero de 2020, Antón no camina por sus calles. Está a la espera de la nueva comisión de fiestas, que se haga cargo de su cuidado como manda la tradición.

Aun así Porto de Espasante tiene atractivo por sí mismo. Este istmo está abrazado por tres playas: A Concha, San Antonio y Santa Cristina (la cual da acceso a la diminuta Playa de los Enamorados).

O porco Antón. AEP

Una panorámica que nadie debería perderse es la que se divisa desde la Casa da Vela, que ofrece una visual de 360 grados de la localidad, con el cabo Ortegal y sus Aguillóns justo enfrente.

El atardecer huelga  decir que es espectacular desde esta edificación de piedra, flanqueada a pocos metros por una capilla minúscula en cuyo interior una lápida recuerda los nombres de todos los marineros locales que perdieron la vida en el mar.

Capítulo aparte merece la capilla de San Antonio, el patrón de la localidad. Situada en la carretera que conduce al puerto, de sus techos cuelgan maquetas, como la de un avión antiguo, o barcos de pesca. Son ofrendas de los vecinos realizadas a lo largo de décadas solicitando la intercesión del santo.

La pena es que pocas veces la encontrarán abierta, dado que solo hay algunos viernes oficio religioso. Eso o bien asistir a una boda o comunión en ella (los bautizos y entierros se celebran en la iglesia parroquial de San Juan).

El casco viejo, que transcurre entre callejuelas como A Amargura, La Marina, A Calexa o Pola da Ribeira (con su fuente), ofrece una visión de viviendas multicolores o restauradas en piedra, con sus balcones de madera, sus hórreos (quedan dos en pie) y sus coquetas calles peatonales.

Espasante es fácil de recorrer. En su punto más ancho no mide más de 200 metros cuadrados, exactamente los que distan desde la Plaza do Pedregal hasta el paseo marítimo, que bordea la playa de A Concha hasta el puerto.

Si aún no están convencidos para acercarse a este rinconcito de las Rías Altas (al que se accede más rápido desde As Pontes), baste decir que una vez completada la visita tienen a tiro de piedra dos de los espacios naturales más visitados de Galicia: O Fuciño do Porco, en O Vicedo, y el Banco de Loiba, también en Ortigueira; Porto de Bares y O Barqueiro.
Una estampa de las calles de Espasante

Eso en el caso de enfilar hacia Viveiro, pero si por el contrario optan por ir en dirección Ferrol les espera (con desvío a la altura de Mera) el pueblo más amoroso de España, Cariño (a los pies del cabo Ortegal) y la Serra da Capelada, donde hallamos otro tesoro a descubrir: Santo André de Teixido, el santuario al que "vai de morto quen non foi de vivo".

DÓNDE COMER
Restaurante Orillamar: 981.40.80.50, Restaurante Planeta: 981.40.83.66, Os Vellos: 620.89.01.18, Taberna In: 620.406.930, A Trapela: 611.608.901 Las Palomas: 981.40.83.11, Bodegón 82 (Sanchiño): 609.350.394 

El cuidado de las viviendas en Espasante es espectacular