Una vez más el debate de los candidatos a las presidencia del Gobierno está pasando de puntillas, al menos por ahora, por Galicia. Bien es cierto que en esta ocasión sí se ha podido escuchar el nombre de nuestra autonomía.
El primero en mencionar a Galicia fue Pablo Iglesias, que en el bloque de arranque, el relativo a la cohesión de España, afeaba a sus rivales centrar plenamente sus discursos en Cataluña cuando en "muchos otros sitios de España" hay problemas reales. En ese contexto citó, en el marco de una enumeración, la problemática del sector lácteo gallego.
Siguiendo un orden cronológico, la comunidad autónoma gallega volvía a salir a relucir en el primero de los choques entre Casado y Sánchez a cuenta de la definición de nación. "Pero si ustedes gobiernan con la extrema derecha en Andalucía y en Galicia", dijo Sánchez al popular, que en el fragor del enfrentamiento no corrigió al presidente en funciones indicándole que Feijóo cuenta con mayoría absoluta.
Precisamente Feijóo fue el protagonista de la siguiente mención a Galicia. Abascal se acordó del titular de la Xunta para atacar al candidato del PP, ironizando sobre lo contradictorio que era ver a Casado hablar de la unidad de España "cuando Feijóo habla de realidad plurinacional".
No citó a Galicia pero si a una gallega Pedro Sánchez, anunciando que si vuelve a ser presidente elevará el rango del ministerio de Economía para convertirlo en una vicepresidencia en la que estará al frente la coruñesa Nadia Calviño.
