La Guardia Civil confirmó con pruebas las torturas del gallego Iván Pardo a la pequeña Naiara

El investigador ratificó en el juicio por la muerte de la niña que sus primas "no inventaron nada" en su relato de los malos tratos
Iván Pardo, durante el juicio. EFE
photo_camera Iván Pardo, durante el juicio. EFE

El oficial de la Policía Judicial que dirigió la operación por la muerte de la pequeña Naiara en Sabiñánigo (Huesca) en julio de 2017 confirmó que todas las torturas que supuestamente le infligió el lucense Iván Pardo, tío político de la niña, y que relataron sus primas menores fueron luego confirmadas con pruebas encontradas en el domicilio donde sucedieron los hechos. 

Así lo expuso este viernes en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Huesca por el asesinato de Naiara, de 8 años, que murió en el hospital tras las agresiones de su tío político por no haberse sabido la lección. 

El oficial tomó declaración a las primas de Naiara, que estaban presentes el 6 de julio de 2017 en el domicilio. Esa era la casa del acusado y de la madre de éste, Nieves Pardo, quien también está encausada por un delito de omisión con resultado de asesinato, al igual que Carlos Pardo, su otro hijo y padrastro de la víctima. 

Este agente relató que cuando lo alertaron de los hechos visitó a la niña en el hospital, y allí ya comprobó que las importantes heridas que presentaba por todo el cuerpo eran incompatibles con la versión que en un primer momento dio la familia, incluidas sus primas, que dijo que Naiara se había caído por las escaleras

El médico que atendió a Naiara en el hospital en el que falleció detectó lesiones anteriores en la niña

Se determinó, por tanto, que el caso tenía una "etiología criminal" que coincidió con lo manifestado a otro agente que tomó declaración al médico que atendió a la niña en el Hospital Infantil de Zaragoza y que también declaró en el juicio este viernes. Ese médico, además, relató al agente que Naiara tenía lesiones antiguas compatibles con malos tratos anteriores

El responsable de la investigación explicó que en la primera declaración que se tomó a las primas de la menor estas fueron "vagas", asegurando que la pequeña se desmayó sin contar por qué y que entre ellas y el acusado intentaron reanimarla. 

La abuelastra, por su parte, sí que le dijo que la niña llevaba dos días sin dormir como castigo por no estudiar y que quien estaba a su cargo en ese momento era su hijo Iván, lo que condujo a su detención. Estuvo en todo momento, según el agente que lo custodió, "normal, tranquilo, como si no hubiese pasado nada". 

En ese momento, las niñas mostraron su deseo de volver a declarar, y ya entonces contaron las torturas a las que Iván Pardo sometió a Naiara. "No inventaron nada", afirmó, porque lo que explicaron fue luego confirmado con pruebas. "Descubrimos con pelos y detalles cómo sucedieron los hechos, este macabro episodio de violencia física y psíquica", dijo. 

"Descubrimos con pelos y detalles cómo sucedieron los hechos", dijo el investigador

Entre otras cosas, la raqueta metálica que usó para darle descargas eléctricas, el calcetín que le metió en la boca y el cinturón que usó para amordazarla, los grilletes con los que le ató las manos y los pies, gravilla sobre la que le obligó a arrodillarse, ropas ensangrentadas y el amoniaco que utilizó para intentar hacerle volver en sí cuando se desmayó. 

También habló de mensajes, fotos y vídeos que se encontraron en los teléfonos de varios miembros de la familia, en los que se ve a Naiara arrodillada sobre sal con orejas de burro o con un pañal, o en los que Iván le dice a su padrastro que la niña era "masoca". En algunos de los vídeos o fotos —dijo— se puede identificar a Iván o a la abuelastra. 

El juicio continuará el lunes con las pruebas periciales y las declaraciones de los médicos que atendieron a la pequeña y de los forenses que realizaron la autopsia y otros análisis a la niña.