Hasel suma un año y cuatro meses de cárcel más por no pagar multas de la sentencia

La juez confirma prisión para los detenidos por quemar una furgoneta de la Guardia Urbana
Pablo Hasel, en el encierro de la Universidad de Lleida. EP
photo_camera Pablo Hasel, en el encierro de la Universidad de Lleida. EP

La Audiencia Nacional ha sumado un año y cuatro meses de cárcel a la pena de nueve meses que el rapero Pablo Hasel cumple en prisión por enaltecimiento del terrorismo, tras declararlo insolvente por no tener medios para pagar la multa de casi 30.000 euros impuesta en sentencia.

En un decreto, que puede ser recurrido, el servicio de ejecutorias de la Audiencia Nacional establece una nueva liquidación de la condena impuesta a Hasel por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la corona y las instituciones del estado y le obliga a cumplir dos años y un mes de cárcel, en total, por la sentencia por la que está interno en el centro Ponent de Lleida.

Hasel, que acumula otras condenas y causas abiertas, ingresó en la cárcel de Lleida el pasado 16 de febrero para cumplir una condena de nueve meses que le impuso en 2018 la Audiencia Nacional -y que fue ratificada por el Supremo- por enaltecimiento del terrorismo, al alabar a Eta y los Grapo en publicaciones de Twitter.

El encarcelamiento del rapero desató una oleada de protestas, principalmente en Cataluña, que durante semanas han derivado en disturbios y enfrentamientos con la policía.

El rapero acumula otras condenas: la primera, de dos años de cárcel por enaltecer en sus canciones el terrorismo de Eta, los Grapo, Terra Lliure o Al Qaeda

El rapero sigue sin pagar la pena de multa de 29.340 euros, sustituible por un año y cuatro meses de cárcel, que la Audiencia Nacional le impuso en sentencia.

Por ese motivo, el tribunal acordó el pasado 17 de febrero el embargo de los bienes del procesado, una gestión que ha resultado infructuosa porque carece de propiedades que puedan servir para pagar la multa, de manera que se le ha acabado declarando insolvente.

De esa forma, en la nueva liquidación de su condena, Hasel tendrá que cumplir entre rejas un año y cuatro meses de cárcel, a no ser que en el futuro cuente con bienes que puedan ser embargados o haga frente al pago de la responsabilidad civil que se le reclama.

Además de la sentencia que ha motivado su ingreso en prisión, Hasel cuenta con otra condena de dos años y medio por amenazar a un testigo de un juicio contra un guardia urbano de Lleida, que la Audiencia de Lleida confirmó hace apenas unas semanas.

El rapero acumula otras condenas: la primera, de dos años de cárcel por enaltecer en sus canciones el terrorismo de Eta, los Grapo, Terra Lliure o Al Qaeda y que es de 2014, quedó en suspenso por orden de la Audiencia Nacional.

Suma dos penas más, firmes y dictadas en 2018, por allanamiento de local y resistencia y desobediencia a la autoridad, y otra pendiente de recurso por agredir a un cámara de TV3 que cubría un encierro de estudiantes en la Universidad de Lleida. 
 

La juez confirma prisión para los detenidos por quemar una furgoneta de la Guardia Urbana
La juez de Barcelona que instruye la causa contra los ocho supuestos anarquistas acusados de intentar quemar una furgoneta de la Guardia Urbana con un agente en su interior ha confirmado este jueves la medida de prisión provisional para todos ellos ante el "evidente" riesgo de fuga y de reiteración delictiva.

En sendos autos, la magistrada del Juzgado de instrucción número 2 de Barcelona ha ratificado el encarcelamiento de los detenidos -imputados por desórdenes públicos, daños, atentado a agente de la autoridad, manifestación o reunión ilícita, pertenencia a grupo criminal y homicidio en grado de tentativa-, después de que comparecieran ayer en una vista para valorar su situación.

Según la juez, existen "indicios suficientes" que demuestran que los acusados, en la cárcel desde el pasado día 3, participaron el sábado 27 de febrero, durante las protestas por la libertad del rapero Pablo Hasel, en la quema de una furgoneta de la Guardia Urbana de Barcelona con un policía dentro, "que tuvo que salir de manera precipitada para eludir el riesgo que podía afectar a su vida o a su integridad física".

En su decisión, ha tenido en cuenta los atestados policiales y las fotografías en las que se visualiza, asegura, "la gravedad de los actos de desórdenes públicos, altercados y disturbios que vulneran la paz social", así como el resultado de las entradas y registros practicadas en los domicilios de los investigados.

También el seguimiento llevado a cabo por los agentes, del que se desprende que "cada uno de los integrantes del grupo actuaba de manera coordinada con un reparto de funciones, acorde a la finalidad pretendida y con vestimenta semejante, incluso actuando en función de las consignas verbales que se recibían" y "ayudándose entre ellos para perpetrar los hechos".

"Valorado todo ello en su conjunto, no resultan por el momento elementos que hagan aconsejable variar las razones expuestas en la resolución que acuerda prisión provisional", sostiene la juez, que alerta del "evidente riesgo de fuga" y de la "intención de sustraerse a la acción de la justicia" que puede derivarse de la "especial gravedad de los hechos" y la alta pena que llevan aparejada.

Por estos mismos motivos, el titular el juzgado de instrucción número 17 de Barcelona ya decretó el pasado 3 de marzo el ingreso en prisión de los ochos presuntos anarquistas al creer que actuaron en grupo y "despreciaron el evidente riesgo" de que se incendiara por completo el vehículo y el policía no pudiera escapar.

Según el juez, en un "claro concierto de voluntades", los ocho detenidos, a quienes el conseller de Interior, Miquel Sàmper, situó en el movimiento anarquista, "aceptaron la causación de desperfectos" en el vehículo policial que incendiaron sin que les "importara" que en su interior hubiera una persona.

De acuerdo con este relato, la noche del sábado 27 de febrero, los acusados se dirigieron a una comisaría de la Guardia Urbana para atacar sus instalaciones y a los agentes que las protegían, arrojándolos todo tipo de objetos, incluso un cóctel molotov que impactó contra un árbol.

Inmediatamente después se observó el lanzamiento de una bengala, que cayó bajo una furgoneta de la Urbana, momento en que una de las detenidas se acercó para arrojar líquido incendiario encima, por lo que el fuego prendió de inmediato con un agente en su interior, que finalmente pudo huir por la puerta del copiloto gracias a la cobertura de los Mossos d'Esquadra.

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