Una dentista de Cádiz ha indemnizado con 12.000 euros a una menor que, tras un tratamiento bucodental que duró más de seis años y que incluyó la colocación de "brackets", quedó "peor de lo que estaba" y tuvo que recurrir a otro ortodoncista, según ha informado el Defensor del Paciente.
La joven gaditana acudió en 2004 a la consulta de la dentista cuando tenía 10 años por "deficiencia maxilar, mordida cruzada bilateral sin espacio para los caninos superiores y apiñamiento inferior". Tras realizar un estudio ortodóncico, la dentista le recomendó un tratamiento bucodental que tenía una duración prevista de 3 años y que incluyó la colocación de unos "brackets" a los seis meses.
La madre de la niña firmó su consentimiento con el tratamiento de la menor, un documento en el que "no se recogía como riesgo la duración de 6 años y medio que el tratamiento tuvo".
En el apartado de los beneficios del tratamiento, el documento señalaba que la ortodoncia "desempeña un importante papel en la obtención de una dentadura sana, fuerte y eficiente que asegura una correcta masticación y prolongada existencia" y añadía "el apreciable beneficio de una sonrisa bella y atractiva que tanto refuerza la autoestima personal", según recuerda el Defensor del Paciente.
Este organismo apunta que estas indicaciones son "justo lo contrario" de lo logrado ya que la menor quedó con "una defectuosa masticación y oclusión y una fea sonrisa", por lo que "el resultado ofertado por la ortodoncista y deseado y esperado por la joven paciente fracasó o no se cumplió". Los Servicios Jurídicos de El Defensor del Paciente presentaron demanda de Procedimiento Ordinario ante los Juzgados de Primera Instancia de Cádiz y han logrado un acuerdo extrajudicial en el que la dentista ha indemnizado a la menor con 12.000 euros.
