La Casa Real acepta la fortuna del millonario balear y dice que destinará su parte a fines sociales

Felipe de Borbón y su esposa Letizia Ortiz ya han dado el visto bueno para recibir la fortuna que les ha dejado inversor y empresario menorquín Juan Ignacio Balada Llabrés, un hombre al que no conocían y que dejó dicho en su testamento que los Príncipes de Asturias y los ocho nietos de los Reyes de España serían sus herederos.

Según las primeras informaciones, destinarán a fines sociales parte de la fortuna, tal y como informó el portavoz de la Casa Real en Abu Dhabi, a dónde los príncipes llegaron este sábado en visita oficial. De acuerdo con la fuente, el Príncipe y su esposa "aún sin conocer todos los detalles de la herencia del señor Balada, cuya generosidad agradecen, han decidido destinar la parte que les pueda corresponder a fines de interés general y social".

Cuando trascendieron las últimas voluntades del empresario, fuentes de la Casa del Rey precisaron que los Príncipes no habían mantenido nunca contacto alguno con Balada ni habían recibido información sobre él hasta que el albacea se puso en contacto con ellos hace unos días para comunicarles lo dispuesto por el empresario menorquín.

Según el diario Última Hora Menorca, los bienes de Balada Llabrés --hijo único del empresario Ramón Balada y la farmacéutica Catalina Llabrés-- incluye fincas rústicas y urbanas, valores inmobiliarios e inversiones en Bolsa y constituye la mayor fortuna personal de Ciutadella, que podría alcanzar varias decenas de millones de euros.

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