La madre del pederasta de Ciudad Lineal cambia su versión en el juicio para proteger a su hijo

Asegura que no le dejó las llaves de la casa de la calle Santa Virgilia en abril de 2014, mes en el que Antonio Ortiz presuntamente agredió a una niña allí

La madre del presunto pederasta de Ciudad Lineal (Madrid) ha modificado este martes en el juicio la versión de los hechos que dio ante la Policía y ha dicho que no le dejó las llaves de la casa de la calle Santa Virgilia a su hijo en abril de 2014, mes en el que Antonio Ortiz presuntamente agredió a una niña allí.

"Imposible", ha destacado la madre ante el tribunal de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid que juzga al presunto pederasta, de 44 años, para quien la Fiscalía pide 77 años de prisión por secuestrar y agredir sexualmente a cuatro niñas.

En su declaración ante la Policía, como ha recalcado la fiscal, la madre del presunto pederasta manifestó que su hijo le llamó en abril de 2014 para que le dejase las llaves de la casa de la calle Santa Virgilia, una vivienda desocupada de la familia a la que iban a mudarse próximamente, y que ella accedió a dárselas.

Da la casualidad de que fue el 10 de abril de ese año cuando Antonio Ángel Ortiz presuntamente agredió sexualmente a una niña de 9 años, conocida como TP3, en el citado domicilio del distrito madrileño de Hortaleza, donde se encontraron restos biológicos de la menor.

Pero este martes la madre de Ortiz ha dicho que es "imposible" que ella le entregase las llaves a su hijo en ese mes y que no fue hasta junio cuando el presunto pederasta fue al piso a llevar enseres.

"Yo le digo que es imposible, yo no he podido decir una fecha en concreto. Hay cosas que es imposible que yo las dijera", ha manifestado.

Ella y el portero del inmueble eran los únicos que tenían las llaves de esa casa y ha asegurado que "pocas veces" se las dejó a su hijo. Y ha explicado que cuando tuvo que declarar ante la Policía se encontraba en "estado de shock": "Si tengo que firmar mi sentencia de muerte la firmo en ese momento porque no tenía ni idea".

Se ha pronunciado también sobre el colchón, en cuya funda de plástico varios agentes de Policía encontraron restos biológicos de color rojizo que, según el sumario, podrían ser de sangre.

No obstante, la mujer ha insistido en que ella limpió muchas veces la citada funda, por lo que "no podía tener mucho polvo": "Yo lo aspiraba, lo limpiaba y después le pasaba un trapo de agua con amoníaco". Testimonio que vuelve a contradecir al pronunciado por la asistenta de la familia, quien dijo hace unas semanas que ese colchón no se llegó a limpiar.

En relación a los tranquilizantes que el presunto pederasta pudo suministrarle a algunas de las niñas -entre ellas TP3- la madre ha explicado que "podía haber alguno" en su mesita de noche, pero que no está segura porque estaban caducados y se deshizo de ellos.

TESTIGO. Este martes ha declarado también el hombre que se encontró a la última víctima de Ortiz, una niña de origen dominicano de 7 años, en el descampado del distrito madrileño de San Blas, donde presuntamente abusó de ella el 22 de agosto de 2014.

La halló sola debajo de un árbol, "llorando y muy nerviosa" y le dijo: "Un señor me ha engañado, me ha metido en un coche y me ha traído hasta aquí".

Por su parte, la psicóloga que trató a esta menor durante un año ha apuntado que la niña tenía un "un comportamiento excesivamente regresivo y demandante hacia el padre, como un bebé", que sufría pesadillas y que tenía miedo de que el presunto pederasta volviese y se llevase a su familia.

Todos estos síntomas, ha dicho, son compatibles con haber sufrido una agresión sexual.

Ha comparecido también uno de los agentes que identificó a Ortiz en la entrada de un gimnasio, quien le encontró "un poco nervioso" y que realizó una "vigilancia discreta" el 27 de agosto. Tres meses después, el 24 de septiembre, fue detenido en Santander.

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