"Nos fiamos de las autoridades, no vamos a cambiar de planes"

El periodista gallego Marcos Méndez, en La Gomera, relata en primera persona cómo se vive en la isla canaria en estos días de alarma por el coronavirus
Hospital de La Gomera. EFE
photo_camera Hospital de La Gomera. EFE

A La Gomera solo hay dos vuelos diarios de la compañía regional Binter Canarias. Ambos salen del aeropuerto de Los Rodeos en Tenerife. El de este sábado por la tarde va casi vacío. Un pequeño grupo de alemanes, varios periodistas, algunos gomeros y cuatro amigas jubiladas de Vigo a las que la noticia del primer positivo en España del coronavirus de Wuhan les pilló ya de viaje en la isla del Hierro. Cuento en total una treintena de personas en un avión con capacidad para casi 100. Lo normal, me dicen en el aeropuerto, es que vaya más lleno.

María José Ferradáns, una de las cuatro amigas viguesas, dice que ni se plantearon interrumpir su viaje, ni cambiar los planes. Van a estar tres días haciendo senderismo en La Gomera y no les asusta lo más mínimo el virus chino: "Nos fiamos de las autoridades sanitarias", dice Pura González.

El barco es la otra manera de llegar a esta isla. Salen de la zona sur de Tenerife en una travesía, dependiendo del ferry, de alrededor de una hora. Fue precisamente en barco como llegó a la isla el grupo de turistas alemanes después de viajar desde Múnich a Tenerife en avión. Llegaron a La Gomera el martes por la noche. El miércoles por la mañana las autoridades españolas, tras ser avisadas por las alemanas de que en el grupo un par de personas había tenido contacto estrecho con uno de los enfermos alemanes por coronavirus, los localizaron, les hicieron las correspondientes analíticas y los pusieron, por seguridad, en cuarentena en el apartamento que ocupaban.

La gente de La Gomera está casi tan tranquila como las cuatro amigas de Vigo que van a practicar senderismo a la isla

El laboratorio confirmó el positivo en uno de los turistas analizados el viernes, pero ya desde antes las autoridades españolas habían activado el protocolo de seguridad y comenzaron a localizar y monitorear a todos los posibles contactos del grupo desde que llegaron a las islas.

Por saber hasta saben el asiento que ocupó el paciente que ha dado positivo en la travesía marítima, al lado de una ventana, lo que, dicen, reduce mucho las posibilidades de contagio.

Los datos que dan desde la Consejería de Sanidad para tranquilizar a la población son que, por un lado, el paciente se encuentra asintomático y por ello de momento no se le está suministrando ningún tratamiento más que el control en su aislamiento en el hospital y, por otro, que en el grupo, que viajaron y se hospedaron con el paciente, nadie más parece haberse contagiado.

En La Gomera, la gente está casi tan tranquila como las cuatro amigas. La isla es una colección de barrancos que dan al mar, salpicados de casas unidas por carreteras serpenteantes y núcleos de población no muy numerosos.

San Sebastián, la capital de la isla, tiene casi la mitad de los 24.000 habitantes del total de la isla. Su hospital es poco más grande que un centro de atención primaria de una capital gallega. En él, igual que en todo el recorrido que hemos hecho por la isla, casi no encontramos a gente. Varios guardias civiles custodian la puerta. Solo permiten pasar —y al baño— a los periodistas que están preparando sus directos en el aparcamiento del hospital. Tampoco es que le tengan que prohibir el paso a nadie, porque nadie más hay. Aquí todo el mundo está tranquilo, o eso dicen.

Los alemanes solo estuvieron unas horas por la isla antes de ser confinados en su apartamento. En las casas rurales, el alojamiento más típico en una isla que cuenta con muy pocos hoteles, dicen que las cancelaciones han sido pocas, y muchos de los alojamientos están llenos.

Aquí los turistas son sobre todo tinerfeños que se acercan a pasar el fin de semana. También hay alemanes, la isla es popular allí. De hecho, la excanciller germana Angela Merkel veranea todos los años aquí. Y ahora, además, hay unos cuantos periodistas llegados de la Península, esos que, a veces, rompen la apacibilidad de sitios como este al ponerlos solo por unos días en todas las portadas.

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