Gonzalo Boye, la toga forjada en prisión por ayudar a Eta

Gonzalo Boye. DP
photo_camera Gonzalo Boye. DP

La trayectoria del abogado Gonzalo Boye Tusset (Viña del Mar, 1965) ha ido siempre ligada a la controversia incluso antes de colgarse la toga. Nació en Chile y emigró a Alemania y después a España, donde pasó seis años en la cárcel por colaborar con Eta en el secuestro del industrial Emiliano Revilla. Había sido condenado a 14 años, pero entre barrotes logró sacarse la carrera de Derecho y sus conocimientos le valieron para convencer al juez de que le rebajase la pena.

Ahora reside a caballo entre Madrid y Bruselas, donde representa a Carles Puigdemont y al rapero independentista Valtònyc. Una vida de película que ha sido llevada al cine (aunque solo a las salas independientes) de la mano del director Sebastián Arabia. En su cartera de clientes también figuran el presidente de la Generalitat, Quim Torra, quien contrató sus servicios por sus conocimientos jurídicos aplicados al procés, y también Sito Miñanco, con quien hace dos semanas ha extinguido toda relación profesional pero ahora lo une a él un vínculo judicial. Antes defendió a otro narco, Marcial Dorado.

Una de las posibilidades que explora la jueza es si el capo arousano de la cocaína abonó la minuta de Boye en dinero negro procedente del polvo blanco. La defensa del narco trajo al controvertido abogado a Galicia, que también fue testigo de su díscolo comporamiento. Fue en la Audiencia Provincial de Pontevedra donde el 12 de noviembre de 2018 acaparó los focos que hasta el momento se habían posado sobre Miñanco al sacar de su chaqueta un vaporizador y comenzar a utilizarlo, generando un intenso humo en la sala que llevó al juez a suspender la vista ante la mirada perpleja de los allí presentes. Incluso del propio Sito.

Otro contacto con la comunidad lo tuvo al defender a César Strawberry, líder del grupo de rap-metal vigués Def con Dos' por enaltecimiento de terrorismo. Boye arribó a España procedente de Alemania, su primera parada tras abandonar su país ante la oposición al dictador Augusto Pinochet. En el país germano estudió Políticas y Economía, aunque no finalizó ninguna de las carreras. Sí se licenció en Derecho, a través de la Uned, en su estancia en la prisión de Navalcarnero tras ser detenido en 1992 por espiar a Revilla y facilitar datos a Eta. Siempre defendió su inocencia. Además, es profesor de Derecho y fue editor de la revista Mongolia.

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