Trapero asegura que no tenía una "relación estrecha" con Puigdemont

"Ni buena nin mala", apuntó el mayor de los Mossos d'Esquadra durante el juicio por rebelión en la Audiencia Nacional
El mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero. EFE
photo_camera El mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero, al comienzo del juicio por su actuación en el procés. EFE

El mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluis Trapero ha asegurado este lunes, al inicio de su interrogatorio en el juicio por rebelión en la Audiencia Nacional, que su relación personal con el entonces presidente de la Generalitat Carles Puigdemont no era "estrecha", ni "buena ni mala".

Trapero, para quien la Fiscalía pide 11 años de cárcel por rebelión por su papel en el "procés", ha alegado que cuando el entonces director de los Mossos d'Esquadra Albert Batlle inició el proceso para nombrarle mayor, cargo al que accedió en abril de 2017, Puigdemont no lo sabía, ya que no tuvo "nada que ver" con su ascenso al máximo rango en la policía catalana pocos meses antes del 1-O.

A preguntas del fiscal Miguel Ángel Carballo, Trapero ha sido tajante al afirmar que no tuvo una relación personal "ni buena ni mala" ni tampoco "estrecha" con Puigdemont.

Trapero, que ya se desmarcó de la estrategia independentista de Puigdemont en su testifical en el juicio a la cúpula del procés en el Tribunal Supremo, ha desvinculado en la Audiencia Nacional su ascenso al cargo de mayor de los planes del expresidente catalán.

Pese a que fue célebre la paella en Cadaqués (Girona) que compartieron Trapero y Puigdemont con un grupo de amigos comunes en agosto de 2016 -por la que el fiscal no le ha preguntado-, Trapero ha negado haber tenido "ningún tipo de relación estrecha" en el ámbito personal con el entonces presidente. Su relación no era "ni buena ni mala", ha insistido.

Trapero ha sostenido además que Puigdemont no tuvo nada que ver con su ascenso a mayor, cargo que llevaba casi una década vacante y para el que fue promocionado y que ocupó en abril de 2017, medio año antes del referéndum ilegal del 1-O.

Según Trapero, Puigdemont "ni lo sabía" cuando el entonces director de los Mossos Albert Batlle -que ha sido citado como testigo en el juicio- planteó en enero de 2016 la necesidad de recuperar la figura del mayor para "dignificar" el cargo del máximo mando de la policía autonómica.

Batlle lo comentó entonces con el exconseller de Interior Jordi Jané, sin que Puigdemont tuviera nada que ver con su ascenso, según Trapero, que desde 2014 ejercía como comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, tras ser nombrado para el cargo en la etapa del conseller Ramon Espadaler, de la extinta Unió Democràtica de Cataluña y actualmente diputado en el Parlament por el PSC-Units per Avançar.

Tanto Jané como Batlle, que en pleno debate sobre el papel de los Mossos en el procés siempre defendieron que la obligación de la policía autonómica era cumplir y hacer cumplir la ley, dejaron sus cargos dos meses antes del 1-O, al no compartir el rumbo que había tomado el gobierno catalán de cara al referéndum ilegal.

En sustitución de Jané, ocupó el cargo de conseller de Interior Joaquim Forn, actualmente cumpliendo en prisión la condena de diez años y medio que le impuso el Tribunal Supremo por su papel en el procés, mientras que el sustituto de Batlle como director de los Mossos fue Pere Soler, que se sienta junto a Trapero en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional, también con una petición fiscal de 11 años de cárcel por rebelión.

Trapero ha indicado que no sabía por qué los Mossos estuvieron casi una década sin mayor, pero ha precisado que entiende y comparte la tesis de Batlle de que se debía "dignificar" al máximo la función del comisario jefe para darle "autoridad" en el cuerpo.

Por este motivo, ha descartado que existiese alguna "necesidad excepcional" que justificara su nombramiento, como le ha preguntado el fiscal, ya que "lo irregular" era que el cuerpo no hubiese tenido mayor durante tanto tiempo, lo que le "cuesta entender". 

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