La investigación ante el hallazgo de los cadáveres de un hombre y una mujer con signos de violencia en un cortijo del municipio granadino de Motril, ha revelado que el hombre, un ex guardia civil, asestó varios cortes profundos a su esposa antes de suicidarse.
Los agentes de la Brigada de la Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía han descartado, tras doce horas de pesquisas, la participación de una tercera persona en el suceso y han concluido que se trata con toda probabilidad de un nuevo caso de violencia machista en una pareja en la que la esposa había denunciado al marido por maltrato, informaron fuentes de la investigación.
El padre del ex agente, Antonio H., ha manifestado a los periodistas que un Juzgado de El Ejido, localidad almeriense donde residía la pareja, había decretado una orden de alejamiento contra su hijo tras la denuncia de su nuera y que se separaron temporalmente, pero volvieron a vivir juntos porque "últimamente se llevaban bien".
Fue Antonio quien, al acudir junto a su mujer al cortijo, encontró la luz encendida y el coche de la pareja en la puerta, por lo que temió que "algo malo había sucedido" y se topó con los cadáveres.
La mujer presentaba al menos cuatro cortes de gran profundidad producidos por una herramienta eléctrica en el cuello, un hombro, un brazo y una pierna. Además, tenía los pies atados con cinta aislante.
Se cree que su marido, un ex guardia civil jubilado de 51 años con varias bajas por depresión en su historial laboral, utilizó otro utensilio primero para herirse en el cuello y después en otras partes del cuerpo.
