El abolicionismo quiere abatir la caza

Javier Nogueira, presidente de la Federación Galega de Caza: "Solo pedimos respeto, en el monte cabemos todos" ► Rubén Pérez, coordinador de Libera: "Que se haga desde siempre en el medio rural no significa que tenga que seguir"

Un cazador exhibe una pieza cobrada. EP
photo_camera Un cazador exhibe una pieza cobrada. EP

El conflicto entre cazadores y ecologistas que abogan por la desaparición de esta práctica ha ido en aumento en los últimos años y todo apunta a que irá a más. El entendimiento, además, parece imposible. El profesor Roberto Sánchez Garrido, en un estudio publicado por la Facultad de Ciencias Socieles y Jurídicas de Elche titulado ‘Cazadores y ecologistas: análisis antropológico de posturas encontradas’, considera que una de las claves es que ambos parten "más bien desde el estereotipo, el prejuicio del que se parte ante el posicionamiento y opinión del otro".

Un conflicto en el que, como recoge Sánchez Garrido, «entran en juego tres aspectos relacionados entre sí: la percepción que se tiene sobre el medio natural en el que se desarrolla la acción cinegética, su construcción ideológica y el posisicionamiento sobre cómo debería ser; la acción que se desarrolla en él, el impacto que produce y sus consecuencias medioambientales, económicas y sociales; y la cuestió ética, derivada del hecho de la muerte recreativa».

Las entrevistas al presidente de la Federación Galega de Caza, Javier Nogueria, y al coordinador en Galicia del movimiento animalista Libera, Rubén Pérez, son una constatación de las profundas diferencias que los separan incluso en una comunidad en la que la caza tiene unas características tan marcadas como Galicia.

Acerca de la movilización en defensa de la caza
Javier Nogueira: Es un sí por la caza como forma de vida. Por una convivencia en el medio rural. El motivo principal es que ya estamos cansados de tener que justificar todos los días la caza y justificarnos como cazadores. La caza es una actividad totalmente legal que cumple con todas las normativas. Y cumple con todos los requisitos medioambientales, ya que es una herramienta de gestión de ecosistemas. Hay un intento de sacar al hombre de la cadena trófica y del ecosistema, y no sé por qué. Últimamente, y desde un punto de vista urbano, parece que se quiere hacer creer que la naturaleza solo es algo para mirar.

Rubén Pérez: Para nosotros fue muy positiva, porque significa que hemos llegado al punto en el que el propio lobby de la caza tiene que salir a la calle para tratar de blanquear su actividad con una serie de argumentos. Ellos hablan de la economía del rural, hemos llegado a leer hasta que gracias a los cazadores se dinamiza el turismo rural, cuando no hay ninguna casa de turismo rural que promocione la caza entre sus actividades. Hemos llegado a ver que son grandes valedores de la conservación y la defensa de los ecosistemas, cuando la siembra de plomo que están realizando con sus cartuchos (un metal altamente contaminante que está prohibido en la gasolina o en las pinturas) todavía sigue siendo legal.

La caza y su consideración como deporte
Javier Nogueira: En Galicia no hay caza extensiva, comercial. La caza en Galicia es algo muy arraigado y de carácter completamente social. A veces se critica un tipo de caza por ser de señoritos, pero en Galicia no existe. Es una caza social completamente integrada en la sociedad, hasta el punto de que la única práctica deportiva que tiene como mínimo una sociedad por concello es la caza. Eso no lo puede decir ni el fútbol, que es el único deporte en Galicia que tiene más licencias que la caza. Pero no es que la caza precise ser deporte o no, es que la definición de deporte es la de una actividad que precisa de esfuerzo físico y mental y que se realiza preferentemente al aire libre. La caza cumple esos parámetros. Y es el segundo deporte con más licencias federativas de Galicia y el tercero a nivel nacional. No entiendo el empecinamiento.

Rubén Pérez: Nosotros entendemos que la caza ha perdido ese aspecto tradicional. ¿Cuántos cazadores se alimentan de lo que cazan? Sí es verdad que existe la carne de caza, pero hemos llegado al punto de que se trata de blanquear la caza como actividad deportiva cuando es uno de los deportes en los que no existe una tasa máxima de alcohol en sangre. No hace mucho vimos cómo en el caso de Paradela en el que un cazador disparó accidentalmente a un pariente, había bebido alcohol. Pocos días después salía en los medios que administración y cazadores estaban negociando una tasa de 0,5. Nostros creemos que cuando se lleva un arma la tasa debería ser cero, no nos parece muy adecuado que alguien lleve un arma habiendo bebido.

La importancia de la caza en el medio rural
Javier Nogueira: El perfil del cazador medio gallego coincide con el del gallego medio. Los cazadores somos gente normal integrada en la sociedad que no estamos dispuestos a que se nos cuestione todos los días. De hecho, si desciende el número de cazadores es porque cada vez hay menos habitantes en el ámbito rural. Por desgracia para Galicia, descienden más los habitantes del rural que los cazadores. Y también hay que decir que cada vez es menor el descenso. El habitante del rural sabe que la convivencia en el rural sería muy difícil sin la caza, que los 15.000 jabalíes que cazamos cada temporada harían imposible la vida en el rural. Saben que es una herramienta de gestión de ecosistema imprescindible, porque estuvo presente toda la vida. Es social y un acto que en Galicia incluso sirvió para igualar socialmente. Cuando se sale al monte aquí no se distingue entre el arquitecto y el peón, somos todos cazadores, y de eso estamos muy orgullosos.

Rubén Pérez: Que la caza estuviera desde siempre en el mundo rural no significa que tenga que quedarse, porque lo que nosotros cuestionamos es la pervivencia de la caza, queremos su abolición. Además, el aprovechamiento que ofrece la caza es menor que el que puede existir con otras actividades. Hay zonas donde se ha prohibido la caza y se ha trabajado sobre otros modelos. Por ejemplo, el modelo que implantó el cantón de Ginebra, en Suiza, que prohibió totalmente la caza pero incluyó medidas adicionales para que los propietarios agrícolas no tengan que sufrir una burocracia similar a la de Galicia para acceder a las indemnizaciones por daño. Los agricultores, más que reclamar la caza para evitar daños lo hacen porque el papeleo para reclamar los daños desespera; ahí sí que les damos la razón. El cantón de Ginebra, tras un referéndum en el año 74, prohibió la caza, lo que ha generado una mayor riqueza biológica, sin que haya supuesto un mayor número de ataques ni problemas por la fauna silvestre, y cada año hay un presupuesto para paliar los daños que pueda haber. Muchas veces es la presión de la caza la que genera que haya mayores poblaciones de algunas especies. Esto pasa con los jabalíes, cada vez hay más batidas, cada vez se matan más animales y seguimos en la misma dinámica porque no se resuelve el problema.

Los efectos positivos que pueda tener se pueden conseguir a través de otros modelos y con ayudas públicas. La caza como gestión de control de especies no está funcionado y la dinamización del rural se puede lograr de otros modos. Porque el gran problema, la gran asignatura pendiente es la ordenación del rural, Galicia un gigante monocultivo en el que parece que solo hay eucaliptos y tecores.

La caza en relación con la propiedad y el uso del monte
Javier Nogueira: Nosotros creemos que la naturaleza, bien gestionada, puede ser aprovechada por quien la habita, en este caso los habitantes del rural. Cualquier sociedad que tenga un tecor ha de cumplir un plan de ordenación quinquenal, ha de hacer un estudio medioambiental de la zona, tiene que cumplir un plan de aprovechamiento anual, cumplir con la orden de vedas... Nosotros pensamos que en el monte cabemos todos. La caza crea sinergias de colaboración con el turismo rural gallego, entre sociedad rural y urbana, podemos colaborar a través de muchos proyectos. En el monte cabemos todos, los senderistas, los motociclistas, los montañistas, los excursionistas, los cazadores, los maderistas, los apicultores, los recolectores de castañas... La caza da todos los días ejemplo de entendimiento y tolerancia.

Rubén Pérez: Otro aspecto fundamental es que los cazadores privatizan el monte varias veces al año, durante varios meses. Y se produce curiosamente cuando ellos no son propietarios de esos terrenos, pero a través de la figura de la cesión de derechos cinegéticos que realizan los dueños, les permiten cazar sin tener que pagar. Y existe una privatización del monte porque en cuanto se organiza una batida o una montería ya no puedes pasar por allí. Hay caminos tradicionales situados entre parcelas por los que ya no puedes pasar, porque de hecho la ley de caza de Galicia permite cazar en caminos que no estén señalizados ni asfaltados y reduce las distancias de seguridad a tan solo cien metros de las viviendas. Es más, durante la tramitación de esa ley, en 2013, los cazadores propusieron la rebaja de la edad legal a tan solo 14 años, en lugar de los 16. Esto motivo que el Valedor do Pobo recomendara a la Xunta que no se rebajara la edad para cazar.

¿Es un debate artificial generado por urbanitas?
Javier Nogueira: En los pueblos nadie protesta, porque en el ámbito en el que se desarrolla la caza todo se ve más trasparente. El arraigo en el rural es incontestable, pero está cuestionado desde el punto de vista urbano, donde se ve la caza desde lejos, con unos prismáticos. La caza hay que vivirla para entenderla, pero nosotros ni siquiera pedimos eso, solo pedimos un respeto para los 44.000 gallegos que cazamos.

Rubén Pérez: Es un cambio que viene de la ciudadanía, y por eso rechazamos ese debate simplista de que esto es algo urbano contra rural. El sentimiento mayoritario en el rural es probablemente el de indiferencia hacia la caza, porque se considera que es algo que se ha hecho siempre, con lo que mucha gente puede estar o no de acuerdo pero que no entra en el debate. Pero también es verdad que muchos cazadores provienen de entornos urbanos, como los que practican la caza mayor y se van a otras comunidades a matar ciervos o corzos. Y también deberíamos hablar de qué modelos de ocio hay en el rural o para determinados segmentos de la población en determinados municipios, porque eso también puede que también relación con la pervivencia de la caza y su consideración como práctica deportiva.

Cuántos apoyos tiene la caza y cuántos su erradicación
Javier Nogueira: Los abolicionistas son un sector muy minoritario, tanto que cuando se presentan a las elecciones no obtienen representación salvo que vayan en coalición con otras fuerzas como partidos verdes. El problema es que hay minorías no representativas que hacen mucho ruido.

Rubén Pérez: La gente del rural empieza a ver que eso que se hizo toda la vida no es aceptable. Creo que, en general, en Galicia hay un rechazo a la caza, que hay una mayoría a la que o bien la caza ni le va ni le viene o que la rechaza. Es decir, que no la apoya. Si en estos momentos se convocara un referéndum en Galicia, creemos que es muy probable que ganara la erradicación de la caza, es probable que fuera por la influencia de las ciudades, donde hay mayor población.

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