Agustín Hernández quiere ''contar con todos'' como nuevo alcalde de Santiago

Santiago de Compostela cuenta a partir de hoy con un nuevo alcalde, Agustín Hernández, el tercer regidor desde que en mayo de 2011 el PP obtuviera la mayoría absoluta en la capital gallega tras más de dos décadas en la oposición.

Hernández ha sido elegido en un pleno extraordinario en el que uno de los partidos en la oposición, el BNG, no ha participado y en el que han tomado posesión los nueve concejales por designación del PP cuyas plazas estaban vacantes desde hace un mes.

Una sentencia condenó a siete concejales del PP por prevaricación, lo que sumado a la renuncia de otros dos ediles de este grupo imputados en la operación Pokemon, dejó nueve de los trece escaños de este partido vacantes, hecho que provocó que el hasta hoy alcalde, Ángel Currás, anunciase su dimisión, que ha hecho hoy efectiva.

Currás relevó en 2012 a Gerardo Conde Roa, que no aguantó un año en el cargo, y que abandonó por estar imputado en ese momento por un presunto delito de fraude fiscal, por el que posteriormente fue condenado.

Para cubrir esas vacantes, el PP cuenta con dos integrantes de la lista de 2011, el propio Hernández y la diputada en el Congreso Marta González, y con siete concejales no electos, motivo por el que PSdeG y BNG han anunciado que recurrirán al Tribunal Constitucional.

El nuevo alcalde ha mostrado en su discurso su intención de contar con "todos" en su etapa al frente del ayuntamiento para recuperar la normalidad en una ciudad de la que tanto los que viven en ella como quienes la visitan se puedan sentir orgullosos.

En su intervención en el pleno extraordinario, tras jurar el cargo como alcalde, se ha comprometido a trabajar por la ciudad y ha asegurado que escuchará a todos, incluidas las críticas, porque la ciudad no se puede construir desde la óptica de una única opción política, sino que es una tarea común.

Preguntado tras la finalización del pleno por la ausencia de los concejales del BNG, que han plantado la sesión, Hernández ha calificado esta actitud como "postureo político" y ha insistido en que aguarda colaboración por parte del partido nacionalista y del PSdeG, ambos en la oposición, ya que como ha dicho en su discurso "todos tienen sitio en la tarea común" de Compostela.

El nuevo alcalde ha apostado por "propiciar un cambio que genere ilusión y confianza" en los vecinos de la ciudad y también por la forma de actuar, aumentando la transparencia en la gestión y "haciendo del diálogo una herramienta habitual, dentro y fuera del ayuntamiento, en el seno de la corporación y en las relaciones con los vecinos".

Hernández ha reconocido que la ciudad ha vivido una situación "extraordinaria" por "circunstancias especiales" que han "condicionado" la vida municipal y de las que ha dicho que algunas son ajenas al ayuntamiento en las que, en cualquier caso, el PP asume la cuota de responsabilidad que le corresponde y también asume toda la responsabilidad para su inmediata solución, "desde ahora y para el futuro".

Además, ha anunciado que mañana dará a conocer el reparto de las tareas de gobierno y ha indicado que se reserva para él la portavocía del ejecutivo municipal.

El hasta hoy alcalde, Ángel Currás, que seguirá como concejal, ha recordado en su intervención de despedida los "momentos difíciles, con las convulsiones e incertidumbres de la tarea de gobierno por las circunstancias vividas, o la reciente sentencia que apartó a los compañeros de gobierno".

Ha confiado en que Agustín Hernández y su equipo devolverán a Santiago su "natural serenidad institucional, estabilidad y continuidad".

Mientras se desarrollaba el pleno un centenar de personas protestaban en la plaza del Obradoiro profiriendo gritos contra la toma de posesión de Hernández.

Dos de estos manifestantes fueron detenidos cuando se saltaron el cordón policial al paso del vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que ha asistido al pleno extraordinario en representación del Gobierno gallego.

Los portavoces de los grupos de la oposición, el socialista Francisco Reyes y el nacionalista Rubén Cela, han visto en el nombramiento de Agustín Hernández un epílogo del anterior gobierno y han coincidido en cuestionar un Ejecutivo local, con mayoría de no electos, que no cuenta con la "legitimidad" de los votos.

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