El viento y el calor desatan la primera gran ola de incendios del año en Galicia

En Baleira, A Fonsagrada y Ribeira de Piquín ardieron 1.400 hectáreas y se desalojaron varias aldeas por la cercanía de las llamas ► Se originó por la negligencia de un particular durante una quema ► Los focos de Viveiro y Alfoz calcinaro 170 hectáreas ► El de Taboada quedó extinguido
Tres momentos de la lucha contra el fuego en Baleira. ELISEO TRIGO / CARLOS CASTRO
photo_camera Tres momentos de la lucha contra el fuego en Baleira. ELISEO TRIGO / CARLOS CASTRO

El combo de fuerte viento y altas temperaturas que se registró este miércoles fue el desencadenante de la primera gran ola de incendios de este año en la provincia de Lugo, donde se llegaron a originar en menos de 24 horas hasta cuatro fuegos diferentes que obligaron a desalojar a decenas de vecinos.

El más preocupante es el que afecta a los municipios de Baleira, A Fonsagrada y Ribeira de Piquín, donde ha arrasado 1.400 hectáreas. Se inició en la parroquia baleiresa de Cubilledo el martes alrededor de las 17.00 horas y, aunque en un principio parecía no revestir gravedad, las fuertes rachas de viento avivaron unas llamas que rápidamente se extendieron hacia A Fonsagrada y Ribeira de Piquín.

La Unidad Militar de Emergencias se ha desplazado hasta la zona para sumarse a las labores de extinción. Poco después de las 11.00 horas, el fuego quedó estabilizado, según Medio Rural.

Todos estos avances permitieron desactivar la situación 2 de emergencias al remitir el peligro para los núcleos de población.

Todo apunta a que el origen fue la negligencia de un particular durante una quema. El autor ha sido identificado, según indicó el director xeral de Defensa do Monte, Manuel Rodríguez, quien afirmó que  es "innegable" que hay una nueva tipología de fuegos, más virulentos y vinculados con el cambio climático, pero que este, en concreto, no tiene "nada de anómalo" y "desgraciadamente" es un fuego "clásico, convencional".

En medio de su descontrolado avance -los medios de extinción aseguraron que era muy difícil hacerle frente por la ubicación y "los vientos erráticos" que dominaron por la tarde-, el fuego arrasó unas 1.400 hectáreas y amenazó varias aldeas. Tanto, que apenas 24 horas después de su inicio la Consellería de Medio Rural solicitaba la situación 2 por su proximidad a las viviendas de Fórneas, una aldea de Martín en la que no residen vecinos habitualmente.

Por el contrario, donde sí hubo desalojos fue en A Cortevella y Murias, con una decena de habitantes que por la noche ya podía volver a sus casas al haber pasado el peor del incendio. Las llamas cercaron los inmuebles sin llegar a provocar daños mayores, igual que en Mendreiras, donde la alerta por la posibilidad de tener que abandonar las casas rondó durante buena parte de la jornada.

El incendio se adentraba ya por la mañana en A Fonsagrada y amenazaba la población de Cabreira. En este ayuntamiento, los apenas cinco vecinos de Castañosín y Estremeiro se vieron obligados a marchar de sus domicilios, mientras que los de A Boucisca permanecían en alerta ante la posibilidad de tener que desalojar.

A esta zona, de muy difícil acceso, se desplazaron numerosos medios terrestres y aéreos, aunque estos últimos tuvieron que retirarse sobre las 13.00 horas dada la imposibilidad de trabajar por la virulencia del viento, una circunstancia que empeoró notablemente las tareas de extinción. Aún así, todos luchaban contra un incendio que este miércoles por la noche no solo seguía activo y sin controlar, sino que además hacía peligrar las casas de Barangón, ya en Ribeira de Piquín, a donde llegó atravesando monte raso y mucho pinar.

Viveiro y Alfoz

Con gran preocupación se vivió este miércoles el desarrollo de un incendio que se iniciaba alrededor de las 13.30 horas en la parroquia de Galdo, que quemó más de 80 hectáreas –se estabilizó cerca de las 23.00– y cubrió Viveiro con una densa cortina de humo. Aquí el fuerte viento también dificultó las tareas e hizo que las llamas se dirigiesen hacia Vieiro y Riobarba, además de obligar a desalojar, a modo preventivo, a dos mayores de Galdo.

La carretera LU-P-6602 ejerció en su momento de cortafuegos, aunque las llamas acabaron saltando en algún punto de la vía, como ocurrió en la zona de Montecelo y sus estribaciones. Allí llegó a quemarse algún enser y palés almacenados cerca de una vivienda y cercó otros tres inmuebles, entre ellos las casas hobbit. Afortunadamente ninguna sufrió daños o pérdidas irreparables.

Los vecinos del lugar indicaban que el incendio había comenzado en Borreiros, antes de A Feira de Galdo, donde "prendeu nunha silveira e subiu para riba co vento do sudoeste, que logo propagouno hacia Vieiro", comentaban. El responsable de Protección Civil de Viveiro, Manuel Expósito, confirmaba además que se aproximó mucho a las casas de A Cabana de Arriba.

En A Mariña no fue el único incendio registrado en esta oleada. Más de 90 hectáreas han ardido en Alfoz debido a un fuego que se inició en los montes de San Pedro de Mor, extendiéndose por Monte de Castro y Adelán, donde los efectivos tuvieron que emplearse a fondo para evitar que el fuego llegase a las casas.

Fuego en los montes de Alfoz. EP
Fuego en los montes de Alfoz. EP

También en Taboada

No fue ajena la comarca de Ribeira Sacra. En la parroquia de Xián, en Taboada, se dio por estabilizado a última hora de la tarde un fuego que había empezado a las 14.00 horas y arrasó unas ocho hectáreas.