El 11 de octubre es una fecha marcada en rojo para Galicia y para la Justicia en toda su expresión. Ese día arrancará en Manila, la capital filipina, el juicio por uno de los crímenes más inexplicables que recuerda la comunidad: el de Diego Bello, el joven empresario y surfero coruñés que murió a sus 32 años a manos de la Policía del país asiático bajo el rocambolesco pretexto de que era el traficante "número uno" de su zona.
En el banquillo se sentarán, acusados de un delito de asesinato por la propia Fiscalía filipina, el oficial de Policía que firmó el atestado de la muerte de Diego, Vicente Panuelos, y sus dos subordinados Ronel Azarcon Pazo y Nido Boy Esmeralda Cortes, presentes cuando el joven fue abatido de seis disparos.
Se desconoce quién de los tres apretó el gatillo, o si disparó más de uno, y eso tratará de aclararlo un juez durante una vista oral que se celebrará conforme a las —cuestionadas— leyes del país del sureste asiático, si bien los abogados de la familia confían en tener garantías legales.
El de asesinato no es el único cargo que afrontan los tres procesados, ya que también están acusados de "falsificación de pruebas y perjurio". La primera de estas acusaciones está relacionada con la aparición de una pistola junto a una de las manos del joven con la que ellos dicen que intentó dispararles primero, si bien los análisis posteriores de criminalística no encontraron ni rastro de pólvora en las extremidades de Diego. Y la acusación de perjurio, vinculada con la circunstancia anterior, vendría motivada porque los agentes ratificaron ante los emisarios de Derechos Humanos que abrieron fuego en defensa propia al ver que Diego empuñaba un arma, circunstancia esta cuestionada por los análisis forenses.
"TRES AÑOS DE LUCHA". Francisco Lafuente, tío de la víctima y portavoz de la familia, explicó este jueves en un comunicado que "después de tres años y medio de lucha para conseguir justicia para Diego, vemos más próximo conseguirlo gracias al trabajo de mucha gente: familia y amigos, embajada en Filipinas y representantes de los partidos políticos y de equipos deportivos, y también al apoyo de los medios de comunicación".