Continúa el desmantelamiento de la central térmica de Meirama, en Cerceda. Primero fue la torre de refrigeración, demolida en el pasado mes de diciembre, y este miércoles le ha tocado el turno a la gran chimenea. Sus 8.983 toneladas y 200 metros se vinieron abajo en una voladura controlada.
La demolición se realizó mediante voladura, igual que en el caso de la torre de refrigeración y los silos. El símbolo de la central se vino abajo y quedó reducida a escombros en solo unos segundos, tras cuatro décadas de actividad.
Una vez que concluyó la cuenta atrás para la explosión, se escuchó una detonación y la chimenea de las extinta térmica de la parroquia de As Encrobas empezó a inclinarse. La estructura de 18 metros de diámetro en la base, donde se colocó la carga de explosivos, y 11 en la boca, se mantuvo de una pieza hasta que golpeó el suelo, un proceso que duró unos veinte segundos.
La mitad de tiempo tardó en pasar a la historia el pasado 21 de diciembre la torre de refrigeración de la central, que tenía 126 metros de altura y podía divisarse a gran distancia.
La central de Naturgy se puso en funcionamiento en 1980 en las proximidades de un yacimiento de lignito. Como en la primera demolición, vecinos y curiosos se apostaron este miércoles en las cercanías de la central, tras el cordón de seguridad, para ser testigos del derrumbe de la estructura.