Basterra sigue su vida discreta en la cárcel tras un año sin Rosario Porto

Este jueves se cumplió un año desde que la madre de Asunta puso fin a su existencia en la prisión de Brieva. Con ella se fueron las esperanzas de saber la verdad
Rosario Porto y Alfonso Basterra, los dos principales acusados de la muerte de su hija Asunta Basterra
photo_camera Rosario Porto y Alfonso Basterra, los dos principales acusados de la muerte de su hija Asunta Basterra.AEP

Este jueves se cumplió un año desde que Rosario Porto puso fin a su vida ahorcándose en su celda de la cárcel abulense de Brieva, donde cumplía la pena por el asesinato de su hija adoptiva Asunta el 21 de septiembre de 2013, unos hechos que, aunque siempre negó, la convirtieron en coprotagonista —junto a su exmarido, Alfonso Basterra— de uno de los crímenes más sonados de la crónica negra gallega y española.

Con la vida de la madre de Asunta, que fue enterrada en el panteón de sus padres en la zona noble del cementerio compostelano de Boisaca tras desavenencias entre sus primos para hacerse cargo del cuerpo, se apagó también la esperanza de conocer el móvil de un asesinato tan atroz como inexplicable, habida cuenta del mutismo casi patológico de Basterra, que sigue con su existencia entre los muros de Teixeiro, el único lugar donde reposa ahora la verdad del crimen. Los funcionarios de la cárcel de Curtis han reseñado en repetidas ocasiones el carácter "gris" y "apático" de Alfonso, que parece vivir el día a día con el único objetivo de no tener problemas con los demás presos del penal. Después de enfrentarse a los funcionarios en sus primeros meses a la sombra, asemeja que aprendió que el respeto con el personal y sus compañeros es la vía más fácil y rápida para no tener problemas.

PERMISOS DE BASTERRA. Sobre el papel, Basterra podría pedir permisos penitenciarios ya en 2022, con la mitad de la pena cumplida —los 18 años que le impusieron Rosario Porto, en 2015. aep por asesinato y que empezó a cumplir en 2013, en un principio en régimen provisional hasta que se celebró el juicio en 2015—. Pero voces conocedoras del sistema penitenciario aclaran que en los casos con delitos más graves a sus espaldas, se espera a que se hayan cumplido los primeros dos tercios de condena, lo que llevaría a 2025. Acabaría su pena en 2031.

Mark Guscin, autor de The murder of Asunta Yong Fang (Cambridge Scholars), libro que en 2018 devolvió el crimen en la esfera internacional —en 2013 ya ocupó las planas de The New York Times y el Washington Post—, afirmó en el jueves en la TVG que "Alfonso no va a pedir permisos penitenciarios, porque dice que en ese caso estaría reconociendo los hechos". Eso le trasladó, dijo, el propio Basterra por carta.

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