A Carlos Ares, vecino de la parroquia begontesa de Baamonde, le gusta recoger setas, una costumbre recompensada hoy con un ejemplar de exposición de una variedad que además es comestible.
En un paseo por los montes de la zona del San Alberte, en el límite entre Guitiriz y Begonte, se encontró con un boletus edulis que alcanzó los 1.650 gramos de peso. Un buen aliciente para mantener viva la afición micológica.