El tirón del Camino de Santiago parece no tener techo. El número de peregrinos que lo recorren no hace más que crecer año tras año y todo indica que este 2018 marcará un nuevo récord: "Máis de 320.000" caminantes. Así lo estima el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en una previsión que puede pecar incluso de conservadora con la llegada este lunes a la capital gallega del romero número 300.000, cuando todavía restan dos meses y medio en una ruta jacobea cada vez menos estacionalizada.
Por lo pronto, la cifra alcanzada este lunes multiplica por tres las 99.436 personas que pisaron el Obradoiro en el Xacobeo 1993, el primero que fue promocionado como un evento cultural y que, promovido por la Administración Fraga con el entonces conselleiro lucense Víctor Manuel Vázquez Portomeñe a la cabeza, puso el Camino sobre el mapa mundial de peregrinaciones y lo erigió como plan vacacional más allá de las motivaciones religiosas.
El Xacobeo 93, con 100.000 peregrinos, marcó un antes y un después en una ruta
entonces olvidada sin la que hoy no se concibe Galicia
Un cuarto de siglo después, se constata el rotundo éxito de dar impulso a una ruta que se ha convertido en uno de los motores económicos de la comunidad y que, a través de sus diferentes itinerarios —Camino Francés, Portugués, Inglés, Primitivo, Marítimo, de la Costa y Vía de la Plata—, ha servido para oxigenar municipios rurales de las cuatro provincias que, de otro modo, parecían abocados a la despoblación y el abandono.
RÉCORD A LAS PUERTAS. Con el hito del peregrino número 300.000, todo indica que esta misma semana se pulverizará el registro de los 301.036 peregrinos alcanzado el año pasado, lo que batiría el récord total de caminantes en un ejercicio.
Las cifras, sin contar Año Santo —cuando se dispara la afluencia en el Camino—, llevan ‘in crescendo’ desde 1990, pero el ascenso nunca había sido tan pronunciado como en el último lustro: en 2013 un total de 215.880 romeros recogieron la Compostela —la acreditación que se consigue tras haber recorrido, al menos, los últimos 100 kilómetros de la ruta a pie o 200 en bicicleta—, lo que supone que este 2018 concluirá con unos cien mil peregrinos más que cinco años antes, una progresión inédita hasta la fecha.
Así, a punto de añadir un nuevo récord a su palmarés, el Camino corrobora que la masificación no juega en su contra, como temían algunos, y que ya es al turismo lo que el pantalón vaquero al textil: universal y nunca pasa de moda.
