La cara y la cruz del 'veroño' gallego

Mientras la falta de lluvias y el calor asfixian a sectores como el agrario o el del comercio textil con cosechas dañadas y ventas perdidas, las mismas condiciones suponen un impulso para otros. Los empresarios turísticos hablan ya de poder ampliar la temporada alta

Playa de Areas a finales de septiembre. RAFA FARIÑA
photo_camera Playa de Areas a finales de septiembre. RAFA FARIÑA

Playas medio llenas de bañistas a finales de septiembre, terrazas rebosantes de actividad, paseantes con helados, mangas cortas y sandalias, noches de ventanas abiertas... En Galicia el ‘veroño’ parece haberse convertido en la quinta estación y, a pesar del calendario, el calor y la sequía han desplazado a los paraguas y a la bajada de temperaturas propia de estos meses. El otoño de 2017 había sido el tercero más seco desde 1961 y este año las previsiones apuntan en la misma dirección.

Además de afectar a nivel medioambiental y a los hábitos de la población, esta situación también tiene efectos en la economía y, en este caso, el resultado no complace a todos por igual.

"El sol ayuda a mantener la ocupación hotelera, lo que prolonga los contratos de los trabajadores del sector", dice Francisco González

Los profesionales del turismo están entre los que se benefician de esas consecuencias. Según explica Francisco González, presidente del Clúster de Turismo de Galicia ,"está claro que el buen tiempo ayuda al sector. Aunque siempre es buen momento para venir a esta comunidad, las actuales condiciones meteorológicas aportan más alegría a las ventas, generan unos niveles de ocupación superiores y todo eso redunda en que se mantienen durante más tiempo los contratos de trabajado
res que se fichan para la temporada. De hecho, la media de ocupación ha sido muy buena hasta el 15 de septiembre. En municipios turísticos como Sanxeno se superó el 74% y, aunque los datos de esta segunda quincena aún no están contabilizados, las sensaciones son positivas y seguro que rebasaremos las cifras del año pasado. Este mes estamos recuperando la leve caída de julio".

Sol radiante y hojas caídas, la viva imagen del veroño. J. VÁZQUEZGonzález señala que el ‘veroño’ incluso está ayudando a ampliar la temporada alta en Galicia, antes limitada a los meses estrictamente estivales. "Ya tenemos los tres meses buenos desde el 15 de junio hasta el 15 de septiembre, pero este es el tercer año con un septiembre así de cálido y eso nos permite ir sumando días para poder llegar a hablar de cuatro meses de temporada alta antes de conseguir la tan deseada desestacionalización. Es un objetivo difícil de lograr, pero vamos dando pasos importantes".

El presidente del Clúster recuerda que en Galicia el turismo representa alrededor del 12% del PIB y genera el 11% del empleo, unas cifras que en localidades tan turísticas como Sanxenxo superan  el 80% y el 60%, respectivamente. "Más que un sector, somos una auténtica industria", indica.

Además de ampliar los contratos de trabajadores de la hostelería, desde hace algunos años el ‘veroño’ también ha llevado a algunos concellos a mantener durante más tiempo a los socorristas de las playas. Sin embargo, lo que para unos empresarios y trabajadores es viento detrás de las velas, para otros es un auténtico lastre.

"Se este outono tampouco chove e se repite a seca de 2017, vai ser outro 'batacazo' para o agro"

Los agricultores y ganaderos están entre estos últimos. Román Santalla, secretario general de Unións Agrarias de Deza y Tabeirós y coordinador de ganadería de la Unión de Pequenos Agricultores, explica por qué. "Este setembro está habendo moita falta de humidade e iso provocou que as colleitas de patacas e de millo fosen bastante peores do esperado. O millo non creou gran para a fariña e as patacas houbo que sacalas porque secaban. A maiores, as pradeiras estanse poñendo secas como achas e incluso hai medo de que seque a forraxe".

El agro gallego todavía recuerda lo mal que lo pasó en el otoño de 2017. "Foi extremo, terrible, o peor que lembramos da historia", precisa Santalla. Por ese motivo, ahora miran con preocupación hacia sus campos. "Este ano veu un pouco mellor porque a primavera tivo un clima normal para esa época e as chuvias de principios de ano axudaron bastante, pero desde que deixou de chover a cousa púxose mal e xa está facendo dano. Como siga así, imos ter que botar man da forraxe que tiñamos gardada para o inverno e no inverno teremos que comprala en Castela. En definitiva, se non chove como sería normal no outono, vai ser outro batacazo".

Según Santalla, las zonas más castigadas por este fenómeno se concentran "no Norte de Pontevedra, Ourense e o Sur e o centro de Lugo", puntualiza.

Además, recuerda que esta problemática viene a dar la puntilla a un sector ya de por sí bastante castigado. "O campo xa ten a gran praga do xabarín, ademais de que custa moito producir cos prezos tan baixos que hai en Galicia para o leite e os produtos do agro. Agora, o cambio climático súmase e todo iso está empurrando á xente polas escaleiras abaixo. Estas faltas prolongadas de auga estannos machacando". Aunque en general el ‘veroño’ resulta perjudicial para las empresas y autónomos que viven de la tierra, hay ciertas excepciones. Una de ellas es la vitivinicultura.

"Llevamos tres años con septiembres secos y eso nos favorece", sostiene Huidobro

Tal y como señala el secretario general del Consejo Regulador de la D.O. Rías Baixas, Ramón Huidobro, "llevamos tres años con septiembres secos y eso nos favorece. Lógicamente, la vendimia se hace al aire libre y, en la medida en que la meteorología sea favorable, el trabajo se puede realizar de forma más sosegada, permitien do prolongarlo en el tiempo, por lo que se hacen vendimias más  selectivas: se van recogiendo los racimos que ya están maduros y dejando los otros para que sigan madurando".

Huidobro añade que "después del envero, es decir, cuando empieza la maduración, se va buscando que haga buena temperatura para que el fruto evolucione bien y se concentren los azúcares. Que la temperatura sea estable resulta positivo, si bien es cierto que alguna precipitación en el proceso de maduración también contruibuye a que la uva engorde y a que el proceso sea más equilibrado, porque se facilita la dilución de los azúcares y de los ácidos, además de que ayuda a limpiar la uva".

COMPRAS. La prolongación del clima del verano más allá del 15 de septiembre también tiene efectos en el comercio, especialmente en el sector textil. Las tiendas ya lucen desde hace un mes y medio prendas, calzado y complementos de otoño-invierno, pero el calor y la falta de lluvias hace que los consumidores se resistan a cambiar su armario.

Así lo explica el presidente de la Federación Gallega de Comercio, José María Seijas: "Este año el clima ha estado al revés todo el año. Cuando tenía que empezar el calor hizo frío y ahora que tiene que empezar el frío hace calor. Todo eso afecta negativamente al comercio, pero hay otros factores  que también perjudican, como los indicadores económicos, la desconfianza del consumidor y los descuentos continuos. No sólo se puede echar la culpa al clima, aunque este también está afectando".

En 2017, la organización empresarial del comercio textil Acotex estimó que las ventas de otoño habían bajado entre un 10 y un 15% con respecto al ejercicio anterior por culpa de las altas temperaturas. En el invierno de 2016, el sector esperaba un crecimiento de las ventas del 6% gracias a la mejora general de la economía, pero este se quedó entre el 1% y el 2%. Esta temporada las previsiones tampoco son halagüeñas.
 

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