La víctima de El Chicle en Boiro: "Solo pensaba 'si entro en ese maletero ya no salgo"

El presunto asesino de Diana Quer, que se enfrenta a 15 años, lo niega: "Solo quería robarle el teléfono"

El Chicle, durante el juicio. LUIS POLO (AGN)
photo_camera El Chicle, durante el juicio. LUIS POLO (AGN)

José Enrique Abuín Gey, alias el Chicle, ha negado este miércoles que hubiese intentando raptar a una chica en Boiro (A Coruña) en la noche del 25 de diciembre de 2018 y ha contado que únicamente intentó robarle el teléfono móvil.

"Cuando me dirigí al coche andando, me encontré con esta chica de frente y como necesitaba dinero le pedí el móvil, solo eso; no me quiso dar el móvil, forcejeamos y no recuerdo nada más", ha señalado en la primera sesión del juicio por este caso, la cual se celebra en la capital gallega.

El Chicle, declarando durante el juicio. LAVANDEIRA JR. (EFE)
El Chicle, durante su declaración. LAVANDEIRA JR. (EFE)

De este modo se ha pronunciado en su declaración, que ha comenzado casi una hora tarde desde la fijada para el arranque, que eran las nueve y media de la mañana.

MALETERO. A preguntas del Ministerio Fiscal, Abuín Gey ha rechazado que intentase meter a la víctima en su coche, puesto que, según su versión, aquel día 25 de diciembre en el que salió de casa para robar gasóleo –al igual que la jornada en la que supuestamente asesinó a la joven Diana Quer– ni siquiera llegó a abrir el maletero del vehículo que "estaba a cinco metros del coche, igual más".

Asimismo, ha sostenido el Chicle que no pudo intentar introducirla en el maletero puesto que, ha añadido, "yo el brazo derecho casi no lo levanto por encima del hombro, estoy operado desde hace años, tengo una movilidad algo reducida" por lo que, ha declarado, lo único que recuerda es intentar agarrarle el móvil "con la mano izquierda".

El Chicle: "Yo el brazo derecho casi no lo levanto por encima del hombro"

El abogado de Abuín Gey centró su breve interrogatorio en un único aspecto, el tamaño del maletero de su vehículo –un Alfa Romeo gris propiedad de su pareja–, en el que, según ha relatado el acusado, "no sería fácil meter a una persona", ya que "se golpearía contra el portón", si bien en todo momento ha sostenido que no intentó introducir en él a la denunciante.

"El maletero no abre completamente, por arriba no abre y el botón de dentro no funciona", ha añadido el Chicle, quien ha confirmado que el otro vehículo del que disponían su pareja y él, un Audi, "es mucho más amplio, tiene un hueco de casi un metro en el maletero".

En este sentido, el acusado ha precisado que, a pesar de tener más espacio en el otro vehículo, llevaba el Alfa Romeo porque "ya lo había utilizado en otras ocasiones para sustraer gasóleo y no quería dejar olor en el Audi".

VÍCTIMA. Por su parte, la víctima del intento de rapto ha asegurado este miércoles en el juicio que el acusado llegó a meterla en el maletero mientras ella pedía "auxilio" y ha recordado, entre sollozos, esa jornada de Navidades en la que le "cambió la vida".

La joven, que ha declarado tras un biombo para proteger su identidad, ha rememorado la noche en la que, ha dicho, el acusado intentó, en un primer momento, robarle el teléfono móvil pero, siempre según su versión, tras la negativa intentó meterla en el maletero de su coche.

La víctima: "Me dije 'intenta salir' porque como cierre el maletero, no sales más"

La declaración de la joven es en este extremo opuesta a la realizada minutos antes por el encausado. "Me dije 'intenta salir de aquí, porque como cierre el maletero, no sales más', aseguró la joven, quien asegura que El Chicle la amenazó con un cuchillo diciendo "no chilles, que te corto" y que no le dio el móvil porque era su "única salvación" 

La víctima ha recordado no obstante que el hombre que ahora se sienta en el banquillo, de forma brusca y con un utensilio que según la víctima "era un cuchillo –el acusado sostiene que lo que portaba era la palanca que había utilizado para intentar sustraer el vehículo que le interesaba unos instantes antes–", se acercó a ella para robarle el teléfono móvil, a lo cual se negó por entender que era la única "salvación" que ella tenía para poder llamar a la policía si intentase secuestrarla como parecía.

"En todo momento lo que sujetaba era el móvil, porque era la única forma de salvarme, para poder llamar a la policía o lo que fuese", ya que la actitud del agresor fue brusca, ha dicho, hasta el extremo de meterla en el coche, aunque no pudo cerrar la puerta del maletero porque, en base a su testimonio, tuvo en todo momento las piernas colgando por fuera.

Esta mujer, a petición de la representante del Ministerio Fiscal, ha mirado al acusado y ha confirmado que es exactamente la persona que la agredió: "Sí que es él".

Durante su declaración, la víctima ha asegurado que aquella jornada la ha marcado, con secuelas que perduran hasta el día de hoy.

"Me cambió la vida totalmente, yo era una persona súper sociable y ahora apenas salgo de casa, apenas hablo con mis amigos", ha desvelado, e incluso tiene dificultades para salir de su propia vivienda, aunque lo intenta, siguiendo la recomendación de sus psicólogos.

"Al principio tenía que salir siempre con gente", ha añadido, pero ahora intenta salir sola porque "me mandan los psicólogos intentar rehacer mi vida, como tema de terapia. Voy a dos psicólogos, a uno privado y uno público", ha afirmado, y continúa medicada.

También han declarado los jóvenes que auxiliaron a la chica, que han corroborado la versión de la víctima asegurando que el acusado la intentó meter en el maletero de su coche. 

Ambos han contado al tribunal que en la citada noche salvaron a una mujer que pedía "ayuda" y han explicado que cuando paseaban por una calle de Boiro, sobre las diez y media, a lo lejos escucharon "los gritos" de alguien que pedía auxilio, aunque al principio no conseguían saber de dónde procedían.

Acusado de un delito de detención ilegal
El Chicle está acusado de un delito de detención ilegal o, alternativamente, uno consumado de coacciones, así como de un intento de agresión sexual, robo con violencia e intimidación en grado de tentativa, un delito de amenazas y otro de lesiones.

La Fiscalía solicita una condena de 15 años y diez meses de cárcel y al abono de una indemnización de 15.750 euros, o alternativamente, doce años y diez meses.

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