Se realiza una incisión milimétrica en la piel, a través de la cual se mete una sonda que se introduce hasta el interior del tumor. Una vez que la aguja alcanza el centro de la lesión, guiándose con un tomógrafo espectral, se libera gas argón a hasta -80 grados centígrados para destruirla por congelación.
Se trata de la crioablación tumoral, una intervención mínimamente invasiva, de alta precisión y sin riesgos para el tejido circundante. Y, este jueves, la sección de radiología vascular intervencionista del Hospital Universitario de Ourense (Chuo) la aplicó por primera vez a un tumor óseo, en concreto sobre el osteoma osteoide tibial en una paciente de 14 años que, además, estaba previsto que tuviera el alta ya este viernes gracias al corto posoperatorio que lleva aparejado esta técnica.
El hospital ourensano es experto en la crioablación, tras dos años y medio practicándola. De hecho, es en la actualidad el único hospital gallego que la realiza y, de toda España, es el que tiene el mayor número de procedimientos para tumores renales, con unos 60 al año, informó este viernes el Sergas.
La novedad es, pues, que la utilizase para el tratamiento de un tumor óseo. El osteoma osteoide que presentaba esta menor es benigno y, por lo general, son tumores que no alcanzan gran tamaño. Como en este caso, se desarrollan en edad pediátrica o poco después y suelen aparecer en las piernas o en la columna vertebral. Tampoco son demasiado frecuentes, ya que representan el 5% de los tumores óseos y, de estos, el 11% de los que son benignos. Pero, sea como fuere, son dolorosos. De ahí la operación, que acometieron los radiólogos Amad Abu-Suboh, José Manuel Fernández, Manuel Trillo y Pablo Gómez, junto a uno de los referentes de la crioablación a nivel estatal, José Antonio Narváez, jefe clínico de Radiología Músculo-esquelética en el Hospital de Bellvitge de Barcelona.
Así, las características de esta técnica percutánea —que a veces incluso se usa para reducir el tamaño de un tumor antes de una intervención quirúrgica— permiten que el tiempo de recuperación de los pacientes sea mucho menor. La mayoría pueden ser atendidos con un ingreso hospitalario corto, que no supera las 48 horas.
Tomógrafo espectral
El Sergas destacó asimismo que el nuevo tomógrafo computerizado de tecnología espectral instalado en febrero en el hospital de Ourense facilitó un mejor posicionamiento de la menor para la intervención y, a la par, el trabajo del equipo asistencial para guiar la técnica mediante la imagen.
"Es el último gran avance en la imagen diagnóstica y supone pasar a imágenes en 4D con gran precisión e información funcional", lo que permite diferenciar los tejidos según su composición y, con ello, amplificar las "sutiles" diferencias de densidad entre tejidos normales o patológicos; "un importante avance" en el diagnóstico y el seguimiento de los pacientes oncológicos.