La churrería Bonilla a la Vista de la calle Galera, en A Coruña, cumple 60 años

Para César Bonilla, tercera generación de esta familia dedicada al ramo de la gastronomía, la fidelidad del público y el cariño de quienes han confiado en el negocio es sin duda la "clave" de su éxito

La churrería Bonilla a la Vista de la calle Galera de A Coruña cumple 60 años. CABALAR (EFE)
photo_camera La churrería Bonilla a la Vista de la calle Galera de A Coruña cumple 60 años. CABALAR (EFE)

La churrería Bonilla a la Vista de la calle Galera de A Coruña cumple este martes 60 años de vida que celebra con un público fiel y muy familiar en un entorno clásico pero en plena expansión de la firma y con muy buena salud.

"Es complicado encontrar un coruñés que no haya degustado una taza de chocolate o saboreado los famosos churros Bonilla a la Vista en este local, que mantiene hoy, 60 años después, el espíritu del espacio original, con balaustradas y puerta de madera noble y barra de doble altura, tan característica de aquellos años 50", sostiene la empresa, una opinión compartida por muchos coruñeses.

Para César Bonilla, tercera generación de esta familia dedicada al ramo de la gastronomía, la fidelidad del público y el cariño de quienes han confiado en Bonilla a la Vista es sin duda la "clave" que ha permitido a la firma crecer hasta convertirse en "una empresa familiar que mantiene la tradición y los valores con los que nació en 1932, pero que ha conseguido, con esfuerzo y trabajo duro, llegar a distribuir sus productos por todo el mundo".

En el ejercicio 2015, Bonilla a la Vista facturó más de seis millones de euros, fabricó 700.000 churros que se distribuyen cada mes y 37.000 kilos de patatas fritas que se venden en el mismo periodo no solo en España, sino también en Reino Unido, Francia, Italia, Estados Unidos, Panamá y Corea del Sur, último país en sumarse a las exportaciones de la marca.

Con 84 empleados actualmente, Bonilla cuenta con seis locales propios en A Coruña, donde puede degustarse el tradicional chocolate con churros marca de la casa que dio origen a lo que hoy es Bonilla a la Vista.

Los primeros pasos de la empresa se dieron en Ferrol en 1932 cuando Salvador Bonilla, padre del actual propietario, montó un kiosco en el verano en el parque donde vendía churros y también cervezas.

En noviembre de 1949 se monta la primera churrería en la calle del Orzán y, a partir de ese momento, César Bonilla pasa a dedicarse por completo a esta actividad, con horario de 24 horas, a la que suma la elaboración de las primeras Patatas Bonilla.

Bonilla repartía sus patatas, envasadas en latas de un kilo retornables, primero en bici y después en la moto Guzzi, que se conserva en la fábrica de Arteixo, por las cafeterías de la ciudad.

En el año 1958 se trasladan a la calle Galera, donde el trabajo les desborda y deciden dejar las patatas fritas, pues manualmente era imposible hacer todo el trabajo. No obstante, César guardó la idea durante 30 años hasta conseguir hacerla realidad, algo que fue posible a finales de los años 80.

Así, desde el año 1988 fabrica sus patatas en el Polígono de Sabón (Arteixo) con patata seleccionada y aceite de oliva, lo que consigue la calidad que las caracteriza. 
 

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