Cientos de personas se manifiestan contra el alcalde de Miño

Una marcha pacífica recorrió la localidad en protesta por el nombramiento de Ricardo Sánchez, recientemente expulsado de CxG

Más de medio millar de personas se han manifestado este sábado en la localidad coruñesa de Miño para protestar contra el alcalde, Ricardo Sánchez, expulsado de Compromiso por Galicia (CxG), y contra el apoyo que le prestó el Partido Popular para presidir la corporación local.

Los vecinos de Miño han participado este sábado en una manifestación bajo el lema "Pola dignidade. Miño non se vende", por la situación creada en el pleno de investidura el pasado sábado 13 de junio, cuando resultó elegido alcalde el único edil de CxG, con apenas 234 votos.

El PSdeG-PSOE llegó a la votación con 1.555 sufragios -a 66 de la mayoría absoluta- y seis concejales, los mismos que el PP, que recibió 1.389 votos, mientras que CxG obtenía el otro edil y el BNG se quedaba a las puertas, con 192 apoyos.

Los ediles populares apoyaron a Ricardo Alejandro Matías Sánchez Oroza, que estaba en la lista de su partido como independiente tras su salida del PSOE, y éste tuvo que salir escoltado del pleno antes de una semana cargada de tensión, que acabó con su expulsión de CxG.

La manifestación de este sábado ha sido "pacífica", según ha resaltado a Efe el ganador de las elecciones, Manuel Vázquez Faraldo, y los presentes han mostrado "su repulsa a la traición que cometieron los seis concejales del Partido Popular a sus votantes" y también han rechazado "la indignidad" del actual alcalde, al que define como "mercenario de la política".

Vázquez Faraldo afirmó que había notado "indignación" en Miño y en las más de quinientas personas que participaron en la manifestación, pues los votantes del PSOE, PP, CxG y el BNG "no tienen ahora nada de lo que pidieron en las urnas".

En el caso de los dos primeros grupos, porque no gobiernan los partidos a los que apoyaron y, en el caso de los dos últimos, porque pidieron "un gobierno de izquierda y ahora está el Partido Popular".

Ante la situación en que un edil "que se calificaba de izquierdas" está junto al PP, los socialistas han preferido no reunirse "con nadie" y solo lo harían tras la dimisión del actual regidor.

Agregan, además, que todo apunta a que existía "un pacto desde hacía tiempo" y ahora se habla de un posible reparto de delegaciones en el que "parece que va a entrar el PP", pues de otra manera sería el alcalde quien las asumiría todas.

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