Unos 11.000 pontevedreses mayores de 74 años continúan al volante

La gente de avanzada edad con carné aumenta en pleno debate social sobre su capacitación
Asistentes al homenaje
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El sábado 12 de marzo un conductor de 87 años atropellaba con consecuencias fatales a un pelotón de ciclistas en A Guarda y solo siete días después otro de 88 fallecía en Ponteareas en un choque con su coche sin carné. Sucesos, los protagonizados por gente mayor al volante, que suelen repetirse con cierta frecuencia y que mantienen más vivo que nunca el debate sobre la conveniencia de conducir a determinadas edades.

Pero mientras se busca una solución, en forma de cursos de reciclaje, mayores controles o directamente la limitación de la edad al volante, lo cierto es que los gallegos mayores de 74 años con carné de conducir en vigencia aumentan cada año. Los datos estadísticas de la DGT hablan de 37.063 con permiso de tipo B —el estándar para un turismo— en el arranque de este mismo año.

Atendiendo a la evolución de las cifras, hay unos 10.000 más que en el año 2010 en la comunidad, por ejemplo. Idéntico incremento que en Lugo, donde en el útimo lustro se pasó de 3.191 hombres y mujeres con carné mayores de 74 años a los 5.079 actuales: aproximadamente 2.000 más. El mismo comportamiento que se podría aplicar al resto del territorio gallego y nacional. Así, A Coruña tiene hoy 14.819 carnés de conducir en manos de gente mayor, por los 11.367 de Pontevedra, los 5.798 de Ourense y los 5.079 de Lugo. En Galicia, siempre según Tráfico, hay expedidos hoy 1.229.853 permisos de conducción de tipo B: 534.674 en A Coruña, 140.798 en Lugo, 142.707 en Ourense y 411.674 en Ourense. Eso significa que el porcentaje de gente mayor al volante, los 37.063 mayores de 74 años, solo representan el 3% del total de conductores.

MAYOR SINIESTRALIDAD. Sin embargo, su incidencia en las estadísticas de siniestralidad tiene mucho más peso del que le correspondería a su presencia en las carreteras. Por ejemplo, los españoles que conducen con 65 o más años representan alrededor del 10% del total en España, pero en 2015 este grupo de edad constituyó el 22% de las víctimas mortales. Una realidad extrapolable a Galicia y que el mes pasado, sin ir más lejos, contribuyó a activar todas las alarmas.

En un febrero especialmente nefasto en las carreteras, con quince víctimas mortales, la mitad tenía más de 65 años. Y de ellas, tres fueron conductores con más de 70. Los principales problemas a los que se enfrentan en muchas ocasiones estos mayores, más allá de la limitación de las condiciones físicas propias de la edad, tienen que ver con conceptos de la normativa de conducción que evoluciona o con la complejidad de las nuevas autovías e infraestructuras: baste ver la edad media de los kamikazes que irrumpen en sentido contrario en las vías de doble carril de la comunidad.

También asocian los expertos a su alta siniestralidad la elevada antigüedad del parque móvil de vehículos que manejan. Esto ocurre, además de con los coches, con las motocicletas o los tractores, si bien los accidentes en fincas privadas con vehículos agrícolas no entran en la estadística que elabora anualmente la DGT, como los turismos sin carné.

En este escenario y con la evidencia del envejecimiento poblacional sobre la mesa, autoridades e instituciones buscan alguna solución, que para la mayoría de expertos tendría que ir orientada a los cursos de reciclaje y al endurecimiento de los psicotécnicos.

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