Xosé Crespo Iglesias, que el domingo perdió la mayoría absoluta y con ella el gobierno de Lalín, en el que llevaba cinco lustros, decidió no esperó más y despedirse de los trabajadores del Concello. A todos ellos les pedió que hasta el día 13 de junio, cuando se constituyen las nuevas corporaciones, no toquen ni destruyan "ningún documento". Y fue más explícito incluso: "Aquí non hai nada que ocultar. Eu nunca roubei nada. Que levantes as alfombras se queren".
Crespo quiso reunir a los aproximadamente 70 trabajadores (entre funcionarios, laborales fijos, eventuales y personal de confianza) para despedirse. Reconoce que tuvo un bajón pero que solo le duró 24 horas. Ahora baraja ofertas tanto políticas como en varias empresas.
Mientras, el que se perfila como futuro alcalde, Rafael Cuíña, de Compromiso por Galicia, quiso tranquilizar a los trabajadores municipales: "Eu veño para construír".
