"Cualquier ciudad puede ser objetivo terrorista"

En unos tiempos de terrorismo global, ningún lugar está a salvo de la amenaza. El criminólogo barcelonés David Garriga trató este miércoles de arrojar luz sobre las claves del yihadismo en un curso-taller en Compostela
David Garriga
photo_camera David Garriga

¿Existe en concreto algún peligro yihadista para Galicia? En especial en Santiago, al ser foco de peregrinación cristiana...

A día de hoy la amenaza de este grupo terrorista es global. Cualquier ciudad, país o evento puede ser susceptible de ser objetivo de estos asesinos. Hace unos días en Bruselas fue en el aeropuerto y en el metro y después en Lahore en un parque infantil. Su fin es hacer daño y saben que matando a personas inocentes lo consiguen. Sí que es verdad que España por su situación geográfica e histórica las amenazas vienen desde los dos grupos de etiología yihadista con la misma fuerza, recordemos que de las más de veinte amenazas directas que recibió nuestro país el año pasado casi la mitad eran de AQMI ( al Qaeda en el Magreb Islamico) y la otra mitad de Daesh.

¿Cómo surge este fenómeno yihadista reciente? ¿Por qué impacta tanto ahora y de esta manera?

Daesh como tal es relativamente nuevo. Fue una filial de al Qaeda en Iraq y que por su manera de matar indiscriminadamente y su salvajismo en sus acciones se separaron a mitad del 2014 del grupo terrorista creado por Ben Laden y actuaron de manera independiente. Su éxito: conocer los puntos débiles de Occidente, su movilidad y rapidez, sus maneras de financiación, vender un producto atrayente para ciertos perfiles y sobre todo el uso de las redes sociales para propaganda, radicalizacion y reclutamiento.

¿Cuál podría ser un perfil general del yihadista?

Aunque no hay un perfil concreto en estos radicalizados sí que algunos rasgos coinciden en porcentajes bastante elevados entre los ya conocidos. Los principales signos que buscan los reclutadores que trabajan para el grupo terrorista en las posibles víctimas a ser radicalizadas son personas frustradas o insatisfechas, tanto a nivel social, laboral y económico (no debemos pensar solo en el musulmán mal integrado, sino en cualquier joven marginado en nuestra sociedad), así como personas sensibilizadas contra las injusticias hacia los países árabes o de mayoría islámica, y jóvenes que perciben algún tipo de discriminación por parte de la sociedad. Esta mala integración lleva al joven a recibir una estigmatización por parte de los suyos llegando a una crisis de identidad manifiesta.

"Es más fácil entrar en una sociedad dividida que unida. Los ataques a los musulmanes solo ayudan a estos criminales"


El perfil y la manera de radicalizar en Occidente varía entre los chicos y las chicas. 

Dentro del perfil de los chicos encontramos a muchachos de edades entre los 15 y los 35 años, musulmanes no practicantes, cada vez más relacionados con delincuencia común, trafico y/o consumo de drogas y alcohol, aunque incrementan la práctica religiosa y las buenas maneras meses antes de atentar, en parte para dar ese falso mensaje que vincula terrorismo con islam. Algunos de ellos presentan trastornos de personalidad, algunos diagnosticados previamente, y que se revelan a través de la inestabilidad de los estados de ánimo y de conductas antisociales continuas.

¿Hay siempre un componente económico en esta lucha, relacionado con la desigualdad social?

Una de las características que observamos es que el perfil va variando a medida que el grupo terrorista avanza y se adapta a las diferentes dificultades que los cuerpos de seguridad les van aplicando. El componente económico es uno de los ítems que se repite en bastantes de los perfiles estudiados, sobre todo en los chicos,  pero no es el único. Bajo nivel educativo, delitos comunes, consumo o tráfico de drogas... y cada vez más, sobre todo en los últimos atentados aquí en Occidente, aparece con más fuerza la familia y amigos antes que la religión. Algunos expertos han afirmado que ofrece más seguridad y proporciona una identidad social al terrorista.

¿Detecta que en comunidades musulmanas como la residente en Galicia pueda encontrarse este perfil de yihadista potencial? ¿O en principio la integración musulmana en la España peninsular sería suficientemente fuerte como para evitarlo?

Aunque nos pueda parecer el contrario España es un país muy integrador con las diferentes culturas comparado con otros países de la comunidad europea. La convivencia entre las diferentes culturas incluida la islámica es buena. Uno de los objetivos de estos terroristas es precisamente incrementar el odio entre musulmanes y no musulmanes para crear una fractura social que solo beneficia a ellos.  Solo con formación y conocimientos evitaremos que se salgan con la suya.

¿Percibe que se tienda a criminalizar al musulman y por tanto a aumentar esta fractura?

Sí, totalmente. Para los terroristas es más fácil entrar en una sociedad dividida que unida. Los ataques de los ultraderechistas contra la comunidad musulmana estos días solo hace que ayudar en los objetivos de fractura a estos criminales.

¿Cómo se lucha contra el yihadismo desde las fuerzas de seguridad del Estado?

En España tenemos unos profesionales, tanto en los cuerpos y fuerzas de seguridad como en los servicios de inteligencia, muy competentes y experimentados en este tipo de terrorismo. Desde los policiales locales, imprescindibles en la detección de la radicalización de estos jóvenes por su conocimiento de los barrios y sus gentes hasta los diferentes grupos de información e inteligencia de la Policía.

¿Esta lucha contra el terrorismo esta reñida con las libertades civiles?

Uno de los objetivos de este grupo es la implantación del califato universal y la aceptación de la sharia o ley islámica por parte de todos sus territorios conquistados. Cada atentado y cada acto terrorista hace cuestionar si la seguridad es la adecuada y en algunos casos se limitan las libertades del ciudadano. Pese al riesgo real actual, tenemos que seguir viviendo sin alarmismo, evitar que sus acciones condicionen nuestras vidas y confiar en nuestros cuerpos policiales. Es cierto que no solo con seguimiento y detección podemos ganarles la batalla. Hay que comenzar, y ya vamos tarde, con políticas de prevención que eviten que ese joven llegue a radicalizarse. Por el contrario nos ganaran otra batalla ya que a día de hoy sigue incrementándose el número de reclutados.

¿Puede hacer algo el ciudadano de a pie contra la amenaza del yihadismo?

Actualmente nos encontramos con lo que los analistas llamamos  "radicalizacion exprés". Esta se produce en cuatro cinco meses, es muy rápida. Por eso es importante formar a profesionales, aparte de la Policía, en detección de rasgos de radicalizacion. Son profesionales que debido a su trabajo están a diario con estos jóvenes y pueden identificar estos signos: profesores, trabajadores sociales, enfermeras... Pero no podemos pedir a la población que alerte frente a un posible radicalizado sin darle herramientas para saber qué tiene que ver, porque de lo contrario solo crearemos una caza de brujas indiscriminada.

¿Sería necesario también un esfuerzo de concienciación desde la propia comunidad musulmana?

Evidentemente, la comunidad musulmana es clave en este proceso. Cada vez más son las asociaciones que critican a los terroristas cuando se perpetra un atentado, pero es necesario darles voz para que puedan explicar, y quién mejor, que terrorismo no es sinónimo de islam. Entre los comentaristas no hay apenas musulmanes opinando y compartiendo sus conocimientos al respecto, y me parece fundamental que los hubiera. 

¿Existe en concreto algún peligro yihadista para Galicia? En especial en Santiago, al ser foco de peregrinación cristiana...
A día de hoy la amenaza de este grupo terrorista es global. Cualquier ciudad, país o evento puede ser susceptible de ser objetivo de estos asesinos. Hace unos días en Bruselas fue en el aeropuerto y en el metro y después en Lahore en un parque infantil. Su fin es hacer daño y saben que matando a personas inocentes lo consiguen. Sí que es verdad que España por su situación geográfica e histórica las amenazas vienen desde los dos grupos de etiología yihadista con la misma fuerza, recordemos que de las más de veinte amenazas directas que recibió nuestro país el año pasado casi la mitad eran de AQMI ( al Qaeda en el Magreb Islamico) y la otra mitad de Daesh.

¿Cómo surge este fenómeno yihadista reciente? ¿Por qué impacta tanto ahora y de esta manera?
Daesh como tal es relativamente nuevo. Fue una filial de al Qaeda en Iraq y que por su manera de matar indiscriminadamente y su salvajismo en sus acciones se separaron a mitad del 2014 del grupo terrorista creado por Ben Laden y actuaron de manera independiente. Su éxito: conocer los puntos débiles de Occidente, su movilidad y rapidez, sus maneras de financiación, vender un producto atrayente para ciertos perfiles y sobre todo el uso de las redes sociales para propaganda, radicalizacion y reclutamiento.

¿Cuál podría ser un perfil general del yihadista?
Aunque no hay un perfil concreto en estos radicalizados sí que algunos rasgos coinciden en porcentajes bastante elevados entre los ya conocidos. Los principales signos que buscan los reclutadores que trabajan para el grupo terrorista en las posibles víctimas a ser radicalizadas son personas frustradas o insatisfechas, tanto a nivel social, laboral y económico (no debemos pensar solo en el musulmán mal integrado, sino en cualquier joven marginado en nuestra sociedad), así como personas sensibilizadas contra las injusticias hacia los países árabes o de mayoría islámica, y jóvenes que perciben algún tipo de discriminación por parte de la sociedad. Esta mala integración lleva al joven a recibir una estigmatización por parte de los suyos llegando a una crisis de identidad manifiesta.

El perfil y la manera de radicalizar en Occidente varía entre los chicos y las chicas.
Dentro del perfil de los chicos encontramos a muchachos de edades entre los 15 y los 35 años, musulmanes no practicantes, cada vez más relacionados con delincuencia común, trafico y/o consumo de drogas y alcohol, aunque incrementan la práctica religiosa y las buenas maneras meses antes de atentar, en parte para dar ese falso mensaje que vincula terrorismo con islam. Algunos de ellos presentan trastornos de personalidad, algunos diagnosticados previamente, y que se revelan a través de la inestabilidad de los estados de ánimo y de conductas antisociales continuas.

¿Hay siempre un componente económico en esta lucha, relacionado con la desigualdad social?
Una de las características que observamos es que el perfil va variando a medida que el grupo terrorista avanza y se adapta a las diferentes dificultades que los cuerpos de seguridad les van aplicando. El componente económico es uno de los ítems que se repite en bastantes de los perfiles estudiados, sobre todo en los chicos, pero no es el único. Bajo nivel educativo, delitos comunes, consumo o tráfico de drogas... y cada vez más, sobre todo en los últimos atentados aquí en Occidente, aparece con más fuerza la familia y amigos antes que la religión. Algunos expertos han afirmado que ofrece más seguridad y proporciona una identidad social al terrorista.

¿Detecta que en comunidades musulmanas como la residente en Galicia pueda encontrarse este perfil de yihadista potencial? ¿O en principio la integración musulmana en la España peninsular sería suficientemente fuerte como para evitarlo?
Aunque nos pueda parecer el contrario España es un país muy integrador con las diferentes culturas comparado con otros países de la comunidad europea. La convivencia entre las diferentes culturas incluida la islámica es buena. Uno de los objetivos de estos terroristas es precisamente incrementar el odio entre musulmanes y no musulmanes para crear una fractura social que solo beneficia a ellos. Solo con formación y conocimientos evitaremos que se salgan con la suya.

¿Percibe que se tienda a criminalizar al musulman y por tanto a aumentar esta fractura?
Sí, totalmente. Para los terroristas es más fácil entrar en una sociedad dividida que unida. Los ataques de los ultraderechistas contra la comunidad musulmana estos días solo hace que ayudar en los objetivos de fractura a estos criminales.

¿Cómo se lucha contra el yihadismo desde las fuerzas de seguridad del Estado?
En España tenemos unos profesionales, tanto en los cuerpos y fuerzas de seguridad como en los servicios de inteligencia, muy competentes y experimentados en este tipo de terrorismo. Desde los policiales locales, imprescindibles en la detección de la radicalización de estos jóvenes por su conocimiento de los barrios y sus gentes hasta los diferentes grupos de información e inteligencia de la Policía.

¿Esta lucha contra el terrorismo esta reñida con las libertades civiles?
Uno de los objetivos de este grupo es la implantación del califato universal y la aceptación de la sharia o ley islámica por parte de todos sus territorios conquistados. Cada atentado y cada acto terrorista hace cuestionar si la seguridad es la adecuada y en algunos casos se limitan las libertades del ciudadano. Pese al riesgo real actual, tenemos que seguir viviendo sin alarmismo, evitar que sus acciones condicionen nuestras vidas y confiar en nuestros cuerpos policiales. Es cierto que no solo con seguimiento y detección podemos ganarles la batalla. Hay que comenzar, y ya vamos tarde, con políticas de prevención que eviten que ese joven llegue a radicalizarse. Por el contrario nos ganaran otra batalla ya que a día de hoy sigue incrementándose el número de reclutados.

¿Puede hacer algo el ciudadano de a pie contra la amenaza del yihadismo?
Actualmente nos encontramos con lo que los analistas llamamos "radicalizacion exprés". Esta se produce en cuatro cinco meses, es muy rápida. Por eso es importante formar a profesionales, aparte de la Policía, en detección de rasgos de radicalizacion. Son profesionales que debido a su trabajo están a diario con estos jóvenes y pueden identificar estos signos: profesores, trabajadores sociales, enfermeras... Pero no podemos pedir a la población que alerte frente a un posible radicalizado sin darle herramientas para saber qué tiene que ver, porque de lo contrario solo crearemos una caza de brujas indiscriminada.

¿Sería necesario también un esfuerzo de concienciación desde la propia comunidad musulmana?
Evidentemente, la comunidad musulmana es clave en este proceso. Cada vez más son las asociaciones que critican a los terroristas cuando se perpetra un atentado, pero es necesario darles voz para que puedan explicar, y quién mejor, que terrorismo no es sinónimo de islam. Entre los comentaristas no hay apenas musulmanes opinando y compartiendo sus conocimientos al respecto, y me parece fundamental que los hubiera.

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