El misterio de las palomas mensajeras que aparecieron en los últimos días en Galicia tiene explicación. El pasado fin de semana se celebró una competición en Portugal en el que las aves deberían haber completado el recorrido desde el Algarve hasta Oporto, pero a causa de las tormentas muchas de ellas desviaron. Y decenas acabaron en Galicia.
Muchas fueron localizadas en el sur de Pontevedra, en Vigo y O Morrazo especialmente. Pero otras llegaron hasta más lejos. Es el caso esta que ya ha hecho buenas migas con una familia de Oroso, en el municipio coruñés de Sigüeiro. Allí se encontró con la pequeña Nuria, que se encargó de darle alimentos y contarle un cuento, algo que repite en los últimos días, ya que la paloma vuelve jornada tras jornada en busca de su nueva amiga.
Otro ejemplar llegó más lejos todavía: a Triacastela, en la provincia de Lugo pero ya cerca del límite con Castilla y León. Los propietarios del bar Aira do Camiño de Fillobal se encontraron este lunes con una paloma mensajera que llegó a esta localidad del concello de Triacastela perdida desde Portugal.
Los dueños del establecimiento, Rosa María Pérez y Balbino Álvarez, vieron que la paloma entraba en su local y, tras echarla en dos ocasiones, regresó. Ya comprobaron que tenía unas anillas identificativas y se pusieron en contacto con las federaciones colombófilas de Galicia y Portugal para devolverla. El animal, que es muy tranquilo, se encontraba herido y ya fue curado.
Ahora buscan transporte para llevarla antes del domingo a Vigo, donde la recogerá su dueño, o a Oporto, ciudad en la que vive. A Vigo llegaron varios de los ejemplares perdidos.