El acusado de matar a dos mujeres chinas en Pontevedra en 2009 ha negado hoy su implicación en los hechos en el juicio que se celebra contra él en la Audiencia provincial.
"Yo no he matado a nadie", declaró Z.H. en una sesión en la que aseguró que admitió haber estado en Pontevedra el 26 de abril de 2009 y haber estado en el piso donde residían las mujeres, que se dedicaban a la prostitución.
Z.H. aseguró, en un castellano imperfecto y con dificultades ocasionales para comprender también a la intérprete que le asistía, que solo había acompañado al otro supuesto implicado en los hechos -a quien China se negó a entregar- porque éste le había prometido el 10% de una transacción bancaria de 100.000 euros.
El acusado relató que subió al piso en el que tres días después se encontraron muertas a las dos mujeres para beber un vaso de agua y orinar.
A continuación, según ha declarado, bajó a la calle porque no tenía dinero para pagar por tener relaciones sexuales y porque estaba cansado y no quería oír a su acompañante mientras yacía con la mujer ni quedarse en la cama "sucia" que le ofrecían.
Z.H. aseguró que solo confesó que había estado en la vivienda en el tercer interrogatorio policial porque tenía miedo de que le acusasen y desconocía que en España el crimen no está penado con la muerte, al contrario que en China.
La tesis de la fiscalía y de la acusación particular, que piden 28 años de prisión para el acusado, es que los homicidios no los pudo cometer una sola persona, justo lo contrario que sostiene la defensa.
Otro de los puntos de fricción es el intervalo en que se produjeron los homicidios, dadas las diferencias en la descomposición de los cadáveres, que fueron encontrados en diferentes días.
El juicio se celebra con jurado, lo que llevó a las partes a tratar de aleccionar a sus integrantes sobre las circunstancias del caso.
El fiscal Juan Carlos Aladro pidió al jurado que cambiase "el chip mental" y tuviese en cuenta el carácter reservado de la comunidad china, que a su entender tiene una "escala de valores" que no sirve al español medio; el letrado de la defensa sostuvo, por el contrario, que "los chinos son muy normalitos".
