El barrio vigués de Coia ha recuperado este miércoles su mercadillo, que fue suspendido el pasado mes de noviembre después de que un vendedor ambulante del clan gitano de los zamoranos resultase herido en un tiroteo, en una jornada en la que no se han registrado incidentes y que se inició con un fuerte dispositivo policial desplegado en la zona.
Los vendedores ambulantes comenzaron a montar sus puestos a primera hora de la mañana, momento en el cual un grupo de feriantes, menos de una decena, desarrollaron una concentración en la que mostraron pancartas con lemas como "las tasas son muy elevadas, no somos terrazas de cafetería" o "las tasas al Puerto son 120 euros al año", mostrando así su disconformidad con la nueva normativa aplicada por el Ayuntamiento.
También se ha desplegado en el parque de A Bouza, donde se desarrolla esta feria, un grupo de seis personas pertenecientes a una empresa de seguridad privada, que se han encargado de comprobar si los vendedores contaban con la licencia pertinente y si ésta se pertenecía a la persona que estaba instalando el puesto.
En total, se habían emitido 73 autorizaciones municipales a vendedores ambulantes de las 120 posibles en este mercadillo, aunque fuentes policiales han concretado a los medios de comunicación que tan sólo se han instalado unos 45, el 60%, aproximadamente. Las mismas fuentes han abundado en que "está previsto que la normalidad se recupere en su totalidad" en próximas semanas. Han destacado, así mismo, la "tranquilidad" que ha marcado este miércoles, "a pesar de las manifestaciones hechas en prensa" por un sector de ambulantes disconformes con la nueva normativa municipal.
Sí se ha visto en las inmediaciones a un grupo de feriantes gitanos que decidieron abandonar el parque sin llegar a instalar sus tenderetes, según manifestaron, por temor a posibles represalias.
