El brexit, un divorcio que perjudicaría a empresas y emigrantes gallegos

A la espera de lo que dicten las urnas este jueves, los expertos abordan las consecuencias de la hipotética salida de la UE de Reino Unido en las relaciones comerciales y el movimiento de trabajadores
Varias miniaturas de simpatizantes y detractores del Brexit expuestas en el parque de miniaturas Mini-Europe, en Bruselas
photo_camera Varias miniaturas de simpatizantes y detractores del Brexit expuestas en el parque de miniaturas Mini-Europe, en Bruselas

La gran magnitud de las consecuencias de la hipotética salida de Reino Unido de la UE tras 43 años de alianza se extiende a las relaciones económicas con Galicia y va más allá de las exportaciones y de las inversiones, pues también supondría un lastre para los más de 13.300 emigrantes en la isla, cuyos derechos laborales y sociales tendrían que renegociarse.

Con la vista puesta en las urnas, los economistas gallegos se muestran prudentes, pues, como explica el presidente del Foro Económico de Galicia, Santiago Lago, los efectos del brexit no serían inmediatos, visto que el Tratado de la UE establece un periodo transitorio de dos años para articular la salida. A continuación, tocaría revisar todos los acuerdos. Los expertos no tienen claro que los súbditos británicos vayan a decantarse mayoritariamente por el divorcio visto que la isla también se juega mucho.


¿Qué consecuencias tendría el brexit en las exportaciones?

Reino Unido es hoy el cuarto cliente de las mercancías gallegas por detrás de Francia, Portugal e Italia. El pasado año las empresas de la comunidad exportaron productos por valor de 1.097 millones de euros, un 30% más que en 2014. La relación comercial arroja un saldo positivo, pues las importaciones rebasan apenas los 470 millones. En total, unas 506 firmas gallegas vendieron mercancías a Reino Unido en 2015, un 38% más que a inicios de la década. "As consecuencias da saída serían moi desfavorables", constata el decano del Colegio de Economistas de Pontevedra, Juan José Santamaría Conde, quien apunta que lo que hoy son operaciones intracomunitarias "sen fronteira" pasarían a formar parte "do comercio externo" de Galicia, lo que revertiría en "menores exportacións" y favorecería la importación de productos de otros países de la UE "menos competitivos que os do Reino Unido".


¿A qué sectores afectaría?

El textil, que concentra el 37% de las exportaciones, sería el sector más expuesto a la probable imposición de aranceles, con Inditex en cabeza, con un centenar de tiendas en territorio británico. El siguiente, la automoción, que en 2015 cerró ventas por 169 millones, y a continuación, el metal, con transacciones por 64,5 millones. La previsible depreciación de la libra también lastraría a las compañías con filiales en el extranjero, como la propia Inditex, Bimba y Lola, Plexus, la pizarrera Cupa, la maderera Finsa, Exlabesa o la ourensana Unvi (Pérez Rumbao). Al igual que los grandes bancos y las aseguradoras españolas con presencia allí, "la amenaza reside en que pasarían a operar en un país con un devenir económico, al menos en el corto plazo, menos atractivo", constata el presidente de la Escuela de Finanzas, Venancio Salcines, en alusión al previsible "enfriamiento" de la economía británica.


¿Y los emigrantes gallegos?

Por un lado, Salcines constata que la "caída libre" de la libra esterlina frente al euro perjudicará a quienes cobren sus rentas en esta moneda a la hora de enviar dinero a Galicia. Por otro, el profesor de Economía Aplicada de la Uvigo, Santiago Lago, constata que "habría que ver cuál es el nuevo estatus" de los emigrantes comunitarios en la isla. Probablemente, se exigiría disponer de un visado de trabajo al tiempo que habría que revisar los acuerdos vigentes en materia de reconocimiento de los años trabajados de cara a consolidar derechos de pensión, impuestos y derecho a la asistencia sanitaria, entre otros. "Aunque todo está muy indeterminado, parece evidente que implicaría implicaría un mayor volumen de trámites, dificultando la movilidad de los trabajadores", apunta Lago.

Convencido de que los 13.300 emigrantes serían la parte más afectada, el profesor de Política Económica de la USC y miembro del Grupo Colmeiro Javier Rodríguez Seijo confía, pese a todo, en que no se den "grandes variaciones" en relación a cuestiones claves como las pensiones y la atención sanitaria, aunque duda de que Reino Unido pueda pasar a pertenecer al Espacio Económico Europeo, como Noruega o Suiza, que participan del mercado único pese a no ser miembros de la UE. "Inglaterra ten moitos residentes en España e tamén quererá que estean ben atendidos polo noso sistema sanitario", remarca el experto.


¿Habría que renegociar los tratados pesqueros?

Así es, aunque el hecho de que muchos tengan carácter plurianual hace prever que el impacto no será inmediato. Rodríguez Seijo señala que Galicia deberá hacer valer su "longa traxectoria" en la negociación de los derechos pesqueros, velando por que su flota mantenga su poder dentro de la UE. Los arrastreros y palangreros que faenan en el Gran Sol podrían salir escaldados pues pese a tener puertos base en Galicia, muchos tienen bandera británica, una práctica que se utilizó para conseguir mayores cuotas. La imposición de aranceles en la venta del pescado sería una de las consecuencias, aunque Londres también podría exigir cambios en el capital de las empresas para mantener el pabellón británico.


¿La unión monetaria sufriría?

El temor a un posible contagio a países euroescépticos es un hecho. "Aunque Gran Bretaña sigue manteniendo su moneda, la circulación y la referencia del euro está muy implantada allí", explica Manuel Carneiro, el consejero delegado de Iffe Business School, para quien la unidad de mercado "es un importante elemento de estabilidad en las economías mundiales". "Sin el respaldo del resto de países europeos, la economía británica se vería seriamente perjudicada", concluye el profesor, que ve "imprescindible " revisar el proyecto comunitario una vez superado este 'impasse'.

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