El Camino de Santiago estrena señalización: "prohibido defecar"

Los vecinos de Lastres, en Samos, están cansados de toparse con los excrementos humanos que los peregrinos, impacientes, dejan tras los 'apretones'
Algunos de los vecinos de Lastres, una parroquia de Samos, están cansados de ver a los peregrinos defecando en el camino
photo_camera Algunos de los vecinos de Lastres, una parroquia de Samos, están cansados de ver a los peregrinos defecando en el camino

Algunos de los vecinos de Lastres, una parroquia de Samos (Lugo) por la que discurre el Camino de Santiago, están hartos de la estampa de los peregrinos defecando en esta histórica ruta y el cansancio parece haberlos llevado a colocar carteles con una señalización que prohíbe depositar los excrementos humanos.

Nadie sabe quiénes son los autores pero sí los residentes en la zona conocen la existencia de un gran enfado entre algunos de los moradores, de los que no desvelan más datos, y que se han quejado porque hubo caminantes que habrían evacuado delante de sus propias viviendas.

Antonio Fernández es un habitante de Lastres que una mañana se despertó y comprobó que al lado de las indicaciones de no aparcar y no tirar basura, se encontraba esta novedad, "la de no cagar", y, con sarcasmo, comenta que quizás esta idea confiera un atractivo aún mayor a este lugar, puesto que ahora son muchos los que se detienen a tomarse una fotografía ante estos dibujos, que no son "una cagada".

El aviso está en la entrada del pueblo, en edificios e incluso en los árboles, con lo cual "alguien las ha puesto pero desde luego es un misterio", cuenta en una conversación con Efe este hombre, quien comenta que "pasan muchos peregrinos cada año y, lógicamente, tienen que hacer sus necesidades y no se les puede impedir", aunque otra cuestión es el decoro con el que ejecuten esta acción.

José Ramón Fernández y su esposa María Paz conforman uno de los matrimonios de Lastres y, al igual que otros, comprobaron que de la noche a la mañana "germinó" en Lastres una curiosa figura gráfica, la de un varón reclinado, como si estuviese en un váter, recubierto por el distintivo de prohibido presente en todas las carreteras.

Esta pareja no entiende el correctivo porque los peregrinos dan vida a este paraje y "son muy educados, siempre muy amables. A veces aparcan delante de nuestra casa y si queremos sacar el coche se apartan sin problema. Y en alguna ocasión nos piden un bocadillo y se lo damos".

José Ramón y María piensan que quizás "este curioso pasquín", que ellos vieron reflejado en una fotografía de "chapuzas" del periódico La Voz de Galicia, atraiga a más visitantes, al menos a los que optan por este tramo, en el que sorprende la espectacularidad de su naturaleza y la viveza de algunos árboles que incluso adquieren la forma de personajes mitológicos de Galicia que semejan estar dando la bienvenida.

Justo al entrar en Lastres comienza un descenso, a la derecha se cruza un puente y hay otra pequeña subida. El camino se estrecha al pasar al lado de una hermosa casa cubierta de hiedra. A partir de aquí, el peregrino se fascinará con la naturaleza y pateará protegido por el envolvente paisaje y sobre un suelo de tierra.

A su paso, se encuentran diferentes tipos de señales para indicar el camino, incluso las más antiguas, como son los Milliarios, que ya eran utilizados por los romanos, aunque en aquella época eran cilindros de piedra y hoy son marcos con la concha y con la distancia que hay a Santiago.

También las más modernas, como las flechas y conchas amarillas y las señales metálicas que se pueden ver principalmente en las carreteras o en los caminos asfaltados. Otro buen indicador son las iglesias del camino.

Pero, desde luego, nada llama tanto la atención como el motivo alusivo a las necesidades fisiológicas básicas.

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