El capitán de la rescatadora asegura que ''no hubo diálogo'' con España

El capitán de la empresa rescatadora Smit Salvage, Wytse Huismans ha afirmado hoy que "no hubo diálogo" con las autoridades españolas para tratar de salvar el Prestige tras el accidente que sufrió este petrolero frente al litoral gallego el 13 de noviembre de 2002, que causó la mayor catástrofe medioambiental de la historia de España.

Huismans embarcó el Prestige el 15 de noviembre de 2002, dos días después que el petrolero zozobrará en medio de un fuerte temporal y tras la decisión de la armadora del buque de contratar a la empresa Smit Salvage para tratar de salvar el barco y las 77.000 toneladas de fuel pesado que transportaba en sus tanques.

Este experto en rescates, que ha declarado esta mañana como testigo por segundo día ante el tribunal de la Audiencia de A Coruña que juzga los daños, ha reiterado que el Prestige tuvo que ser abrigado en algún puerto gallego tras el accidente al igual que se hizo en 1996 con el Sea Empress, que naufragó en el mar de Gales y fue conducido al puerto de Milford Haven.

Huismans ha recordado que participó en este rescate y ha explicado que aunque el Sea Empress vertió la mitad de su carga -unas 70.000 toneladas de crudo- tras encallar, la operación de salvamento permitió minimizar los daños y restringirlos a una zona muy limitada.

"No hubo diálogo en absoluto. No hubo ninguna posibilidad de discusión por lo que nada se pudo hacer. No hubo opción", ha declarado este experto en el rescate de barcos en dificultades rememorando los contactos que mantuvo con las autoridades españolas durante la operación de rescate.

Huismans, de nacionalidad holandesa, ha explicado que, a su juicio, el rescate resultó fallido debido a que el buque había sufrido ya serios daños estructurales al estar varios días navegando a merced del temporal rumbo noroeste y no haber sido abrigado en un puerto o una ría.

Ha explicado que la primera opción que barajó fue la de conducir el Prestige al puerto de A Coruña, y ha subrayado que esta alternativa se descartó por problemas de calado por lo que solicitó "otras alternativas" a las autoridades españolas, como llevarlo al puerto de Vigo, sin obtener respuesta.

Huismans ha admitido que cuando embarcó en el Prestige sabía que su empresa no cobraría nada si fracasaba el rescate, por lo que los letrados que representan al Estado español han centrado su estrategia en los interrogatorios en tratar de demostrar que la empresa Smit Salvage actuó en esta operación atendiendo a criterios económicos y tratando de defender sus intereses.

El capitán de Smit Salvage ha reiterado hoy que el Prestige podría haberse salvado si horas después del accidente se hubiese "protegido" en una zona de abrigo.

También ha criticado el rumbo noroeste que siguió el buque tras zozobrar y sufrir una fuerte escora, y ha defendido que, una vez descartada la posibilidad de llevarlo a un puerto refugio en Galicia por la negativa de las autoridades españolas, lo mejor hubiera sido conducirlo hacia el sur a aguas más tranquilas.

Huismans declaró ayer ante el tribunal que la segunda opción que barajó fue la de tratar de llevar al barco a Gibraltar o Cabo Verde, pero que finalmente comprobó que los daños estructurales sufridos hacían imposible esta solución.

El equipo enviado por la empresa Smit Salvage abandonó finalmente el Prestige el mismo día 15 tras estar a bordo unas quince horas, y el barco fue remolcado mar adentro hasta que finalmente se partió en dos y se hundió el 19 de noviembre.

Los tres acusados en este juicio son el exdirector general de la Marina Mercante José Luis López Sors; el capitán del Prestige, Apostolos Mangouras, y el jefe de máquinas del petrolero, Nikolaos Argyropoulos, ambos de nacionalidad griega, para los que se piden penas de prisión que oscilan entre los 5 y los 12 años.

El Ministerio Fiscal reclama por la 'marea negra' provocada por el hundimiento del 'Prestige' indemnizaciones por daños que suman 4.442 millones de euros.

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