El cribado de cáncer de colon permite detectar un 89% más de pólipos precancerosos

Un estudio presentado ayer en el congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (Esmo, según sus siglas en inglés), revela que la implantación del cribado de cáncer colorrectal puede incrementar la detección de pólipos precancerosos (aquellos que se acabarán convirtiendo en tumores malignos), en un 89%.

El cribado universal del cáncer de colon (es decir, el examen regular de pacientes sanos en busca de lesiones cancerosas o de aquellas que puedan desembocar en cáncer) es todavía una quimera en numerosos países. En España tiene una implantación irregular, en forma de programas pilotos en algunas áreas, con desigual cobertura y diferentes métodos de detección. Por su parte, en Galicia solo existe un plan piloto en el área sanitaria de Ferrol, que la Consellería de Sanidade tiene la intención de extender al resto de la comunidad sin que exista fecha designada.

Sin embargo, son muchos los especialistas que inciden en la necesidad de iniciar cribados para un cáncer que, sumados hombres y mujeres, es el primero en incidencia en España. La provincia de Lugo, además, tiene una incidencia ligeramente superior al resto de provincias gallegas, un hecho que se cree relacionado con el tipo de dieta. Pese a la coincidencia en torno a la conveniencia del cribado, en lo que no se acaban de poner de acuerdo los investigadores es en cómo se debe hacer y especialmente cuál es la prueba diagnóstica más adecuada.

El cribado debe tener, para ser efectivo, una adherencia fácil. A personas que participen en él no les debe resultar complicado acudir a someterse a la prueba, ni especialmente molesto, y los test deben tener un coste razonable y alta capacidad diagnóstica.

En el caso del estudio presentado ayer en el congreso oncológico internacional que se celebra estos días en Madrid, el grupo de investigadores franceses analizó la efectividad del cribado por  detección de sangre en heces, generalmente considerado barato y de fácil adherencia pero menos preciso que las colonoscopias y con tendencia a arrojar falsos negativos. El grupo dirigido por la doctora Vanessa Cottet, del Instituto Francés de Salud e Investigación Médica, analizó los datos de la región de Côte-d'Or, donde existe un registro de adenomas (también llamados pólipos) desde 1976. Observaron los datos de pólipos de alto riesgo detectados antes de 2003, año en el que se implantó el cribado universal de cáncer colorrectal, y después, de forma que encontraron que cuando se sometía a análisis las heces de toda la población a partir de los 50 años y hasta los 74 se encontraban en 257 casos por cada 100.000 habitantes.

Con anterioridad, cuando se realizaban colonoscopias solo en la población considerada de riesgo y tras ser derivados por el médico, solo se hallaban en 136 casos por cada 100.000 los pólipos precancerosos. En el caso de adenomas no avanzados, se incrementó el diagnóstico tras la puesta en marcha del cribado en un 68%. La autora considera que estos resultados refuerzan la necesidad de implantar programas de cribado para este tipo de cáncer y para fomentar la participación en ellos en los lugares en los que ya existen.

Los resultados se analizaron hasta el año 2007 y, si bien, entre los dos años que pasaron desde la puesta en marcha del cribado hasta 2005, se produjo un aumento significativo del diagnóstico, a partir de entonces se estabilizó y no siguió creciendo. La autora cree que se debe al tipo de prueba seleccionada, que utiliza como reactivo el guayaco. “Dadas las ventajas del uso del test inmuno químico sobre el del guayaco, es razonable asumir que un programa de cribado con ese test conduciría a una mayor reducción de la muerte por cáncer colorrectal y previsiblemente a una menor incidencia”, dijo.

Pese a los resultados, el profesor Hans-Joachim Schmoll, director del Centro para Terapia Celular y Genética de la Universidad Martin Luther, en Alemania, insistió en que el mejor método para aumentar la tasa de detección sigue siendo la colonoscopia o al menos la sigmoidoscopia, implantada como técnica estándar en su país para la población de alto riesgo. Con todo, reconoció que los resultados eran alentadores y que todavía se podían esperar otros mejores al combinar el test de detección de heces en sangre con otro de mutaciones moleculares.

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