Emilio Grandío apunta a que el Pazo de Meirás se mantuvo con fondos públicos

El historiador ha dicho en el juicio que fue un regalo "a Franco en calidad de jefe del Estado" aunque "la confusión entre Francisco Franco y el franquismo es absoluta"
Vista pola propiedade do pazo de Meirás na Audiencia Provincial da Coruña. EFE
photo_camera Vista por la propiedad del pazo de Meirás en la Audiencia Provincial de A Coruña. EFE

El profesor titular de Historia Contemporánea en la Universidad de Santiago de Compostela (USC) Emilio Grandío ha asegurado este miércoles, en el juicio sobre la propiedad del Pazo de Meirás, que la comisión de expertos no ha "encontrado nada" que contradiga que los gastos los asumía el Estado, si bien ha matizado que no ha podido trabajar "con constancia absoluta y total" de la información sobre este inmueble. 

Grandío ha declarado como testigo, a instancias de la parte demandante y a preguntas del letrado de la Xunta, que si hubiera archivos que demostraran lo contrario, que los gastos los asumía Franco, "lo más lógico es que hubieran aparecido" porque "la otra carga documental de prueba es brutal". 

Así, ha detallado que los gastos del Pazo de Meirás se repartían entre distintas instituciones, como la Diputación y Ayuntamiento de A Coruña, y la Casa Civil durante todo el año desde 1938 a 1975 cuando fallece Franco, y después continúa esta situación "por inercia" pues supone que "la tendencia es que el pazo fue mantenido públicamente". 

A preguntas del abogado de los herederos de Franco ha reconocido que no tiene constancia de ello, a excepción de la existencia de un guarda hortelano. 

El profesor Grandío ha explicado que Franco "lo significaba todo" para una parte del Estado en 1937 y su figura "es absolutamente un pilar del régimen"

El profesor ha reconocido que no han investigado quién pagaba el IBI de Meirás, "no nos ha salido", ha dicho; tampoco sabe, continúa, quién pagaba el seguro del inmueble, ni si lo había, ni quién hacía suyos los rendimientos de las explotaciones agroganaderas, si el Estado o Franco, ni si se tributaba por ellos y quién lo hacía. 

Sí le consta que Franco compra en mayo de 1941 en escritura pública ante notario el pazo, que posteriormente se inscribió en el registro a su favor, por lo que entiende, sobre si el bien era del Estado o de Franco, que "la confusión entre lo personal y el Estado era absoluta". 

El profesor Grandío ha explicado que Franco "lo significaba todo" para una parte del Estado en 1937 y su figura "es absolutamente un pilar del régimen". 

Tras indicar en una conferencia el pasado enero que "el Pazo de Meirás nunca fue público, siempre fue privado", esta mañana ha querido matizar que en "un nivel de conferencia, las precisiones jurídicas no tienen que ser exactas". 

Ha argumentado que Franco era la personificación del Estado durante la dictadura y "no solo la imagen sino su capacidad de poder va más allá de la imagen"

No obstante, ha dicho que fue un regalo "a Franco en calidad de jefe del Estado" aunque "la confusión entre Francisco Franco y el franquismo es absoluta". 

Con la residencia de verano en A Coruña, esta se convirtió "en la sede del poder" durante 40 años pues la intención de la Junta pro Pazo del Caudillo que inició la suscripción popular era "acercar a Coruña y sus elites a la jefatura del Estado y a la persona que es Francisco Franco". 

En este sentido, ha argumentado que Franco era la personificación del Estado durante la dictadura y "no solo la imagen sino su capacidad de poder va más allá de la imagen", por lo que "en la práctica, sin duda alguna Franco era el que estaba por encima, incluso por encima que el Derecho. Franco tenía la última decisión". 

Sobre este sistema de aportación pública, ha indicado que se llevó a cabo por medios públicos, los ayuntamientos entre otras administraciones, que había listas y el control de la participación era "exhaustivo", por lo que "en un clima absolutamente militar no participar en un apoyo popular explícito era señalado" y si la persona se negaba a participar se ponía "en riesgo". 

Tras la muerte del dictador, cuando su viuda se empezó a alojar en la Casa Cornide, reconoce que el pazo quedó "en desuso"

Así, ha explicado que había "impunidad de sectores paraestatales" en este proceso y que la posibilidad de que podían "entrar en una casa y no volverte a ver es absoluta". 

Por ello, ha dicho que la suscripción popular "no era para nada" voluntaria sino "forzada". 

Tras la muerte del dictador, cuando su viuda se empezó a alojar en la Casa Cornide, reconoce que el pazo quedó "en desuso" y a partir de ese momento apunta "dificultades de acceso" a la documentación "en general", aunque asegura que siguió siendo utilizado por la familia Franco. 

Grandío, que ha formado parte de la Junta Pro Devolución del Pazo de Meirás, ha indicado, tras ser preguntado por si en la comunidad había simpatizantes de la causa franquista, que "en Galicia no fue exactamente una guerra civil lo que hubo sino un control militar realizado en tres semanas" y que, en ese clima, había "desconfianza y miedo".

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