Érika Reija: "En Moscú las iglesias van a ser de lo poco que quede abierto"

La lucense es corresponsal de TVE en Moscú, donde desde el viernes se mantienen cancelados todos los vuelos internacionales y comienza a cambiar el discurso de las autoridades en relación al Covid-19, una pandemia mundial que obligó a Putin a aplazar la reforma de la Constitución que le permitiría encadenar dos nuevos mandatos

Erika Reija. AEP
photo_camera Erika Reija. AEP

La periodista lucense Érika Reija es corresponsal de TVE en Moscú. Explica como viven desde allí la crisis del coronavirus. 

¿Cómo afecta ahí la pandemia? 

Lo que más vamos a notar es la sensación de aislamiento con el mundo. El viernes se cancelaron los vuelos internacionales y no hay forma de moverse de aquí. Ya había muchas restricciones y han ido cerrando progresivamente fronteras, restringiendo vuelos a Europa e imponiendo cuarentenas si viajabas fuera. Sobre todo, a España, que lo consideraron un país de riesgo incluso antes que nosotros. A la vuelta tenías que hacer cuarentena y estaba difícil, pero ahora no se puede salir ni para una urgencia. Estamos encerrados el tiempo que dure esto. 

¿Hasta cuándo podría ser? 

Se han tomado medidas progresivamente. Los vuelos de momento se cancelaron hasta mayo, y antes ya tampoco se podía volver a entrar. Tengo un visado de periodista —no somos residentes exactamente— y sabía que si volaba fuera no podría volver. Evidentemente esto puede prolongarse. 

MEDIDAS. "El mensaje ahora tras hablar Putin es que esto va en serio y hay que tomar medidas más fuertes"

¿En Moscú hay medidas de confinamiento? ¿Se puede salir de casa y hacer deporte al aire libre? 

Se han cerrado monumentos, lugares turísticos y museos. Dijeron que no podía haber concentraciones de más de 50 personas y eso ya afectaba a toda la vida cultural y de ocio. El fin de semana cierran todos los bares y restaurantes. Va a quedar abierto solamente lo esencial, tiendas de comida, farmacias y así. No se prohibe salir a la calle. Se les recomienda a los mayores de 65 años, la población de más riesgo. La gente todavía no está muy concienciada y sale. Son recomendaciones y si no se toman más en serio lo normal sería que al final acabemos confinados. Estamos con esa idea de que probablemente llegue el confinamiento. Algo curioso es que aquí la iglesia ortodoxa tiene mucho poder y de momento se mantienen abiertas las iglesias. Intentan hacer misas telemáticas, limpian los iconos y hay medidas especiales, pero parece que va a ser de lo poco que quede abierto en Moscú. Este fin de semana al menos, no sabemos si luego también las cerrarán. 

El Gobierno ruso paralizó la refor ma que permitiría a Putin permanecer en el poder dos mandatos más. ¿Cuál es ahí la percepción ciudadana sobre el coronavirus? 

Ha ido cambiando. Al principio el mensaje que dieron las autoridades fue que esto era algo importado, un virus extranjero al que había que cerrarle la puerta, porque venía de fuera. Este mensaje parece que va a cambiar. El miércoles salió Putin a hablar y ahora el mensaje es que esto va en serio y hay que tomar medidas más fuertes. Creo que se ha ido preparando a la ciudadanía paso a paso. Salió Putin a hablar, este fin de semana cierran lo poco que quedaba abierto y Putin también dijo que había que hacer caso al mensaje de las autoridades. Las medidas más impopulares no suele anunciarlas Putin, sino el Gobierno o el alcalde de Moscú, que está al frente de la emergencia. Es probable que en los próximos días se endurezca más. Vamos a ver cómo reaccionan los rusos. Putin dio una semana de vacaciones, la próxima semana, y hay muchos rumores del refuerzo de la presencia militar en Moscú si al final hay que tomar medidas más duras. 

¿Se están haciendo tests? 

Aquí la información es mucho más opaca que en España. Hay dudas de lo que dicen las autoridades, si será cierto o no, y en relación al tipo de tests empleados y si están siendo efectivos. Las autoridades reconocieron que no eran todo lo sensibles que deberían y hay la duda de cómo está realmente la situación en este momento. El sistema de test era un poco complicado porque se hacía una primera prueba, la mandaban a un laboratorio y luego a que se reconfirmara. Parece que van a dejar de hacer eso y empezar a hacer tests más sensibles. No sabemos exactamente de qué tipo. No informan con tanto detalle. Si es así es probable que vayan aumentando los casos en los próximos días. El jueves estaban en 840, tras incrementos de entre 150 y más de 200 los últimos días. Presumen de haber tomado medidas muy rápido, cerrando fronteras con China y poniendo en cuarentena las zonas de riesgo. Afirman que la situación está mejor que en Europa y que no se va a llegar a esos extremos. 

INFRAESTRUCTURAS. "Se está construyendo un hospital a las afueras de Moscú y se harán más en las regiones si hace falta"

¿Hay previsiones sobre cuándo llegará el pico de contagios?

No. Todavía no están en ese debate. Hasta hace poco decían que lo tenían controlado y ahora que la situación es seria. Estamos en un nivel bastante anterior a lo que está ocurriendo en España. Se está tratando de impedir que se propague internamente. 

¿Los hospitales podrían llegar a colapsar, como en España?

Aquí la Sanidad tiene muy mala reputación. Hay hospitales en provincias sin agua corriente. El sistema de salud es bastante deficitario. Se está construyendo un hospital a las afueras y dicen que van a hacer lo mismo en las regiones si hace falta, siguiendo el modelo chino de levantar hospitales rápidamente y construir en función de las necesidades. Los rusos son duros y no se vienen abajo por cualquier cosa. No sociabilizan como nosotros y eso les da opción a guardar distancias. 

CURIOSIDADES. "Aquí es muy difícil encontrar alcohol médico y desinfectábamos los equipos con vodka"

Rusia envió un convoy con material médico y especialistas a Bérgamo, uno de los epicentros de la epidemia del Covid-19 en Italia. 

¿Qué supone esta colaboración? 

Es un tema algo polémico porque en algunos periódicos italianos se afirmó que la mayoría de la ayuda enviada no es muy útil. Pero para Rusia es muy importante esa imagen de potencia de cara al exterior. Es algo propagandístico. Aquí por la historia de haber sido un imperio, de la Unión Soviética, las autoridades siempre mantienen ese discurso de ser un país fuerte. Esa imagen de tener peso internacional da muchos votos a Putin. 

¿Alguna anécdota de estos días? 

Aquí es muy difícil encontrar alcohol médico y hasta que lo conseguimos, a mi cámara Iván —como tenemos que seguir saliendo a rodar y grabar— se le ocurrió desinfectar la cámara y el equipo con vodka del malo, que aquí dicen que es muy desinfectante, es tradición rusa. Ahora ya hemos conseguido productos más profesionales. 

¿A nivel personal, cómo le afecta esta situación?

Ahora no puedo salir de aquí. Pienso que, por ejemplo, justo hace un año, el 27 de marzo del año pasado, falleció mi padre y tuve que coger un vuelo ese mismo día para ir a España, evidentemente a Lugo. Es algo que si me hubiera pasado ahora no podría ni plantearme, en esta situación. 

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