Análisis

Escenario envenenado en Ourense

El equilibrio entre Concello y Diputación y la situación de Jácome y Baltar dificultan los pactos ► El panorama electoral de las generales en el horizonte puede complicar el diálogo PP-PSOE
El presidente provincial del PP, Manuel Baltar, a su llegada a la junta directiva del PP ourensano. EUROPA PRESS
photo_camera El presidente provincial del PP, Manuel Baltar, a su llegada a la junta directiva del PP ourensano. EUROPA PRESS

Las urnas dejaron la ciudad y la provincia de Ourense convertidas en un auténtico zarzal del que será difícil que alguien salga sin rasguños. Un escenario envenenado donde el equilibrio entre Concello y Diputación, ambos sin mayoría clara, y la personalidad singular de figuras como Gonzalo Pérez Jácome y Manuel Baltar, complican cualquier pacto. Hasta el que se anunció a bombo y platillo antes del 28-M entre PP y PSOE podría estar ahora en riesgo por la inminencia de las elecciones generales adelantadas al 23 de julio.

De arranque, con la calculadora en la mano, la gobernabilidad del Concello de Ourense presenta dos opciones claras. Una sería un pacto alternativo a Jácome que sumara la mayoría de 14 escaños necesaria, lo que pasa por que PP (7), PSOE (6) y BNG (4) se pongan de acuerdo para votar a un mismo candidato. Atendiendo a las urnas, podría ser el popular Manuel Cabezas, pero.... ¿estaría dispuesto el BNG a avalar con su voto, aunque luego no entrase en el gobierno, a un alcalde del PP?

La alternativa sería que esa falta de acuerdo le despejase el camino a Democracia Ourensana para gobernar en solitario con sus 10 escaños. Fue lo que hizo Jácome en algunas fases el pasado mandato, solo que con tres y cuatro ediles, no con diez. En todo caso, eso convertiría a toda la oposición en cómplice de dejar el bastón de mando en manos de quien se comprometieron en campaña a apartar del Concello.

Una tercera opción sería que PP, PSOE o BNG diesen su apoyo a DO. En este caso, más bien pensando en populares y socialistas -el Bloque no lo hará-. Romperían sus promesas electorales de no apoyar a Jácome, pero podrían tener a cambio el premio de caza mayor más cotizado de la política gallega a día de hoy: la Diputación.

Pieza de caza mayor

La relevancia política del ente provincial de Ourense ya va más allá de derrocar a Baltar y poner fin a una saga familiar y a una forma de hacer política durante décadas en la provincia. Tras el 28-M, la Diputación ourensana tiene mayor importancia que nunca para PP y PSOE por el cambio de color en la de Pontevedra. Si los socialistas se hacen con Ourense, compensan el daño; y si el PP la retiene, equilibra la batalla provincial con dos y dos, que son además norte y sur.

Pero en la corporación provincial la situación es todavía más envenenada que en el Concello, porque allí los tres diputados de DO le dan la llave a Gonzalo Pérez Jácome, que no le abrirá la puerta a nadie salvo que le alfombren su continuidad en la alcaldía.

Una vez más, una mayoría alternativa para tumbar al PP y a Manuel Baltar pasaría por un acuerdo entre tres partidos, en este caso PSOE, BNG y DO, de los que dos maridan especialmente mal: Jácome y los nacionalistas.

Entonces, ¿hasta qué punto es golosa la Diputación para que unos u otros traicionen sus principios y rompan sus promesas de campaña? Eso no se sabrá hasta los próximos días, pero por el momento Gonzalo Pérez Jácome fue el primero que, la noche electoral, abrió las puertas a todos con su ya célebre frase: "Pactaría con el diablo si es para conseguir el cielo para Ourense". Así que en Ourense se busca satanás de turno.

Escenarios extremos

Dentro de las piezas a encajar en el puzzle ourensano empiezan a aparecer en las últimas horas nuevas opciones dentro de la caja. La Diputación de Ourense pierde la mayoría absoluta por segunda vez consecutiva, la primera fue en 2019, y muchos en la izquierda no entienden que se deje pasar esa oportunidad de nuevo. Por eso, si BNG y DO votan a un candidato socialista para presidirla a cambio de que a Jácome le dejen gobernar en minoría, sin pactos ni apoyos más allá de la investidura, podría llegar a entenderse por parte del electorado.

Una operación que también puede acometer el PP, que además ya tiene experiencia de acuerdos con Jácome. Para ambos sería reeditar el polémico acuerdo de 2019, pero de forma más disimulada.

E incluso se apunta a una operación que borre del mapa a Jácome y a Baltar a la vez y que abra un nuevo tiempo en Ourense. Pero necesita a PP y PSOE... Y con generales a la vuelta de la esquina.