Denuncia a su marido por malos tratos tras recibir el alta en el Chop

Gloria Pereira es la mujer rescatada en el Lérez por el policía y piragüista Óscar Graña tras intentar suicidarse. Denunció a su marido por malos tratos nada más ser dada de alta en el Chop
Gloria Pereira muestra la denuncia y la noticia publicada en el Diario con motivo de su rescate
photo_camera Gloria Pereira muestra la denuncia y la noticia publicada en el Diario con motivo de su rescate

''Estoy viva de milagro''. Gloria Pereira, nacida en Paraguay hace 34 años y de nacionalidad española, es la mujer que el pasado 30 de julio trató de suicidarse lanzándose al río Lérez desde el puente de A Barca, donde fue salvada de morir ahogada por el campeón mundial de piragüismo y policía nacional Óscar Graña. ''Es mi ángel'', admite emocionada al ver la noticia publicada en Diario de Pontevedra.

Es la primera vez que contempla la página, porque desde el día del suceso estuvo hospitalizada, primero en la UCI de Montecelo y después en el ala de Psiquiatría del Hospital Provincial. La joven decidió dar a conocer su historia, porque su intento de suicidio estuvo precedido de largos meses de malos tratos psíquicos y físicos en el hogar. Ahora, y con el apoyo de su hermana -recién llegada de Paraguay- y de su abogado, acaba de interponer en Comisaría una denuncia por violencia de género contra su marido, J.M.V., con el que se casó hace seis años.

El matrimonio estableció su residencia en Poio, muy cerca de la familia política de Gloria, que siempre defendió a su presunto agresor. Los problemas, relata, comenzaron cuando ella se quedó embarazada de su hija, que ahora tiene 16 meses y a la que lleva 20 días sin ver. ''Él no quería el bebé, pero yo no quise abortar''. Fue en verano del año pasado, explica en la denuncia, cuando tuvieron una fuerte discusión. Su marido se presentó por la mañana, ''drogado y ensangrentado'' y ''llegó a cogerla del cuello rompiendo enseres de la casa''.


''En la Casa Rosada me dijeron que me fuera a mi país a recuperarme, pero no pienso irme sin mi hija. Lucharé por ella''

Posteriormente, la persiguió con un cuchillo y ella se refugió en una habitación. Un hijo de él pidió ayuda en casa de la abuela. Llegaron la Guardia Civil y una ambulancia ''para reducirlo'', pero Gloria no llegó a denunciar porque estaba amenazada tanto por su marido como por su suegra. Fue el primer episodio violento de una serie que culminó el pasado 28 de julio, cuando J.M.V. la echó de casa, tiró sus cosas a la calle, la agredió y le advirtió de que ''si intentas hacer algo prefiero matarte e ir a la cárcel'' y que ''si intentas denunciarme te voy a enterrar viva en un monte donde nadie te va a encontrar'', según consta en la denuncia.

Su familia política también aparece en el relato. Al día siguiente de lo ocurrido, sus cuñados ''querían obligarme a firmar un papel en blanco'', a lo que ella se negó. Desde ese día no volvió a ver a su hija, a la que llevaron a casa de su suegra tras echarle el cerrojo al domicilio familiar y quitarle el móvil a ella. ''Tuve que dormir en el portal porque no tenía a donde ir''.

ARMAS Y DROGAS. En la denuncia la joven afirma que su marido ''siempre guarda un cuchillo de enormes dimensiones en la mesilla de noche, con el que me amenazó, y un bate de béisbol junto a la cama''. Añade que siempre le controló el teléfono, sus amistades y los gastos. ''Tenía que pedirle dinero a mi suegra para los gastos de manutención de la niña'' y recibía una cantidad insuficiente. Marinero de profesión, pasa meses embarcado y cuando regresa ''consume desenfrenadamente alcohol, heroína, porros y cocaína''. Sin embargo, quiso denunciarla a ella por alcoholismo y abandono del hogar, algo que niega rotundamente. Gloria nunca dio el paso de denunciarlo a él. Hasta ahora.

Todo se precipitó el 30 de julio. ''Estaba muy mal, muy mal, y decidí suicidarme''. De aquel día solo recuerda haberse tirado al río y que alguien la rescataba poco después. ''Cuando desperté en el hospital no podía creerme que estuviera viva''. Está convencida de que lo que ocurrió fue un milagro. ''Dios me dio otra oportunidad y la aprovecharé para luchar por mi hija''. Precisamente, se muestra muy molesta por la atención prestada por los Servizos Sociais de Poio y su abogado se plantea interponer una reclamación por ''trato degradante y xenófobo''. ''Me dijeron que me fuera a mi país a recuperarme, pero no pienso dejar a mi hija aquí''.

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