Financiación autonómica: el gran reto

Uno de los principales retos que ha afrontado el Gobierno gallego en sus primeros cien días ha sido la financiación autonómica, cuyas cifras son, a día de hoy, difíciles de constatar.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, afirmó que cuando el Gobierno central remitió la propuesta ofreció  590 millones de euros de los fondos adicionales para Galicia (al margen de más de los 8.000 millones que ya corresponden a la comunidad), pero luego, a última hora, elevó a 654 millones la cuantía, a través de un presunto acuerdo de última que alcanzó con la vicepresidenta económica, Elena Salgado, cuyo departamento negó tal extremo. Manuel Vázquez, líder del PsdeG, situó desde el primer momento en 620 millones la cifra.

Este contexto, con baile de cifras y porcentajes que impide seguir un debate político en torno a este asunto, puede clarificarse, o no, en el pleno del Parlamento extraordinario que se ha fijado para el próximo jueves. En él, Feijóo dará cuenta de la negociación para la reforma de la financiación autonómica, en la que él se ha mostrado insatisfecho, aunque no más que el BNG, frente al éxito a medias que detecta el PsdeG.

El vaso ¿medio lleno o medio vacío?
El primer gran reto de Feijóo quedó en abstención por parte de la Xunta –mandado desde Génova para todas las comunidades en las que gobierna el PP-, pero con la aprobación de un modelo de financiación que para los expertos, es una mejora a medias. Ni muy bueno ni muy malo para Galicia, y que se explica con el ejemplo del vaso medio lleno o medio vacío.

¿Cómo queda la comunidad? Pues ni bien ni mal. En una posición intermedia, con pros y contras y con una evidencia, y es que a día de hoy es difícil, o prácticamente imposible, determinar con qué fondos adicionales contará la comunidad gallega, dado que la evolución dependerá de la tendencia que marquen criterios como el de la población, donde Galicia no destaca por su incremento.

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