Galicia intenta subirse a su último tren

El corredor atlántico de mercancías es la herramienta básica para acabar con el aislamiento económico del noroeste ► La unidad política y empresarial es fundamental pero no suficiente: lo relevante es conseguir 7.900 millones de euros
Red Transeuropea de transporte. Corredor Atlántico. Modo ferrocarril. EP
photo_camera Red Transeuropea de transporte. Corredor Atlántico. Modo ferrocarril. EP

En Galicia, la historia del corredor atlántico de mercancías es la de un camino contracorriente. Ya desde el mismo momento en que la Unión Europea empezó a diseñar estos itinerarios ferroviarios para el transporte, en 2010, porque el noroeste ni salía en los mapas. Así se forjó la alianza de Galicia, Asturias y Castilla y León, cuya presión sirvió para que en 2018 la UE rectificase y extendiese la infraestructura hacia estos territorios. Ahora, toca reforzar de nuevo aquella unión para lograr el siguiente objetivo: que lo que está pintado en los mapas se traslade a la realidad. No conseguirlo sería condenar a Galicia a una desconexión definitiva de la economía global.

El origen del corredor

El corredor atlántico nació en la UE como corredor ferroviario de mercancías Nº 4, uno de los nueve planificados por Bruselas para mover carga por todo el continente de forma más eficiente, ecológica y segura. No es más que una red donde las vías, la longitud de trenes, las terminales de carga y la electrificación es homogénea para no restar competitividad. Tiene 6.200 kilómetros de vías que parten de Mannheim (Alemania) y bajan a Francia por Estrasburgo, Paris, Nantes, La Rochelle y Burdeos, para entrar en España por Zaragoza, donde un ramal se desvía a Bilbao y el otro baja hasta Algeciras por Madrid. En ese trazado norte-sur salen varios ramales: Oporto-Aveiro y Lisboa-Sines.

Eso era el origen, porque ahora, gracias a la presión del noroeste, también sale un ramal hacia León, con conexión al norte hasta el puerto de Gijón y al oeste hacia la comunidad gallega.

La infraestructura en Galicia

El corredor atlántico entra en Galicia desde León y Ponferrada por Monforte, lo que significa que puede devolver a la ciudad del Cabe parte de su histórico esplendor ferroviario, ya que además la villa fue calificada como nodo logístico de este eje. De Monforte, el corredor va a Ourense y a Santiago, enlazando todo el arco atlántico desde A Coruña a Vigo. De este modo, conecta los principales puertos y aeropuertos gallegos.

Y aunque esta es la red principal del corredor atlántico, que tiene financiación europea y que debe estar terminada en 2031, la UE abre una segunda ventana de financiación para ir completando la red, una oportunidad que Galicia quiere aprovechar para la conexión de Lugo-A Coruña-Ferrol o el enlace a Portugal, entre otros.

Sin corredor se asume que Galicia quedaría bastante aislada de Europa, pero es que para Lugo, alejada ya del dinamismo del eje atlántico y sin posibilidad de salida a Europa por el Cantábrico, privarle del corredor es cerrarle la puerta directamente al futuro.

La importancia del corredor

El corredor atlántico es, en realidad, el que da sentido a la cantidad ingente de millones enterrados en obras faraónicas en Galicia, como el puerto exterior de A Coruña, cuyos mil millones de inversión carecen de sentido si no tiene tren. Y otro tanto con el puerto de Ferrol. Pero también da sentido a proyectos más baratos aunque igual de relevantes, como el puerto seco de Monforte o el área industrial de la Plisan.

En tiempos de Fraga, Galicia diseñó parte de su estrategia económica a golpe de ocurrencias y localismos en lugar de hacerlo de forma planificada. Ahora, el corredor atlántico puede minimizar esa improvisación al dar cierta coherencia al tejido empresarial.

Además, el corredor es vital en otro plano: el equilibrio este-oeste del país. Con el corredor central de Madrid como uno de los grandes motores económicos y centrifugador de recursos, y el corredor mediterráneo hiperfinanciado por el Gobierno en base a sus datos –47% de la población del país, 46% del PIB, 48% de la producción industrial, 62% del tráfico portuario...– y la potencia de sus lobbbies, al final el eje atlántico es el hermano pobre: el mejor ejemplo de la España vaciada.

El futuro inmediato

Para corregir ese desequilibrio es vital el corredor atlántico y para refrescarle la memoria a Madrid y Bruselas se unieron de nuevo Galicia, Asturias y Castilla y León. Fue en Santiago, con una exhibición de fuerza política, social y empresarial y una declaración institucional. Un primer paso fundamental, pero insuficiente. Porque el corredor, más que fotos, comisionados y declaraciones de intenciones lo que necesita es dinero. En concreto 7.884 millones de euros. De momento, en el ramal noroeste, las grandes obras son el túnel de pajares y el arreglo de la obsoleta vía Monforte-Ourense. El resto sigue en vía muerta.

Reacciones
La Xunta destaca el "éxito colectivo" de la cumbre para exigir que se salde una "débeda"
Un día después de la cumbre que este viernes reunió en Santiago a los presidentes de Galicia, Asturias y Castilla y León para reclamar al Gobierno impulso al corredor atlántico de mercancías, ayer fue día de reacciones. Desde la Xunta, el vicepresidente primero, Francisco Conde, reivindicó el "éxito colectivo" de una cita que simbolizó la alianza de tres comunidades por una infraestructura que consideran vital para poner fin a décadas de aislamiento del noroeste de España. El monfortino puso de relieve, además, la implicación de empresarios y sindicatos, entre otros actores, para lanzar "unha mensaxe de unidade".

Igualdad
Desde Ourense, Conde advirtió de que existe una "débeda desde España" con el corredor atlántico, por lo que llamó al Gobierno a "facilitar eses investimentos igual que nos últimos anos se está a facer co corredor mediterráneo". Pidió así "darlle esas oportunidades ao noroeste".

Al respecto, el vicepresidente segundo de la Xunta, Diego Calvo, calificó de "trampa" la afirmación del Ministerio de Transportes de que la inversión para ambos corredores es similar.

Plan director
Calvo señaló que las autonomías seguirán presionando para que se atiendan sus demandas sobre este nudo ferroviario y se incluyan en un plan director.

El BNG quiere "feitos"
Al tiempo que se celebraba la cumbre en Compostela, el Gobierno central anunciaba la designación del comisionado de la infraestructura, que tiene previsto convocar una primera reunión en Asturias con los principales actores del corredor atlántico. Pero el BNG quiere más que eso, quiere "ver feitos" que impliquen proyectos y financiación. Para la líder de la formación, Ana Pontón, las palabras y los titulares "non bastan". La sarriana recalcó que Galicia "xógase moito" con esta infraestructura.

Comentarios