Galicia necesita 20.000 mujeres más al año para mantener los nacimientos hasta 2050

Galicia precisa una inmigración neta de 20.000 mujeres para mantener estable el número de nacimientos hasta 2050, por lo que sería necesario un programa específico de atracción de inmigrantes que solo funcionará con altas probabilidades de empleo.

Esta es una de las conclusiones del informe sobre demografía presentado hoy por el Foro Económico de Galicia y el Círculo de Empresarios de Galicia y del que fue ponente el profesor de la USC Xaquín Fernández Leiceaga.

Según este estudio, en las próximas décadas, los gallegos seremos menos, con una pérdida de un millón de habitantes en los próximos 40 años, más viejos y ocupando una porción menor del territorio, pues "estamos cumpliendo las peores previsiones del Instituto Galego de Estadística (IGE) para el período 2002-2051".

Con el título ¿Qué futuro demográfico nos espera y cómo puede incidir en nuestro bienestar?, el trabajo, que recoge los debates desarrollados en el foro y el círculo empresarial, revela que la población gallega solo crece históricamente cuando las circunstancias externas impiden las salidas de emigrantes. Por ello, concluye también que "fijar población activa en el territorio es un objetivo mucho más urgente hoy que concentrarse en aumentar la natalidad". Señala asimismo que la fecundidad no la frenan los "valores (deseos)" de las personas en edad fértil, sino "las condiciones concretas", singularmente las "expectativas estables de renta y empleo".

De acuerdo con el estudio presentado hoy, "de proseguir las tendencias actuales, en el corto y medio plazo, el volumen de población de Galicia va a caer sensiblemente, mientras el envejecimiento progresará intensamente y la concentración de habitantes en el territorio (en las zonas urbanas) se agravará". El autor considera que "estas tendencias pueden ser matizadas o corregidas, pero difícilmente invertidas".

Aunque Galicia se sitúa en lo que Leiceaga describió como la "periferia católica del sur de Europa", el caso gallego es más grave, lo que se sustenta en datos como que entre 2001 y 2011 la población española aumentó un 14,61 por ciento, mientras que la gallega lo hizo en una quinta parte, el 2,86 por ciento. Así, después de 1987 en todos los ejercicios se produjeron más muertes que nacimientos, con unas pérdidas netas acumuladas de población de 168.000 personas hasta finales de 2009.

En la presentación del estudio, Leiceaga resaltó que "tenemos un grave problema con el presente y el futuro demográfico de Galicia", una situación que es "inevitable", pero que permite "incidir en la intensidad", actuando en dos variables, los nacimientos y los flujos migratorios. Éstos son un "componente indispensable de cualquier solución", ya que son más rápidos y flexibles, mientras que en el primer caso, es precisa la creación de empleo estable para que los jóvenes se decidan a la "aventura" de tener hijos y son necesarias políticas públicas destinadas a favorecer la crianza de los hijos. "Solo si hay futuro para los jóvenes es posible activar la fecundidad", resumió.

Para el director del Foro Económico, Santiago Lago, el problema no es cuántos gallegos somos, sino la estructura de la población, ya que una sociedad envejecida es menos emprendedora y asume menos riesgos, es más conservadora y, por lo tanto, no mira tanto al largo plazo.

Insistió en que se trata de un problema que hay que atender, pues puede llevar a Galicia a una "espiral" que reduzca su capacidad de dinamismo y así se verá también desde fuera cuando, por ejemplo, una multinacional mire dónde realizar una inversión y vea en la gallega una sociedad dependiente.

Leiceaga consideró que ello supone "una dinámica terrible" y recordó que hace 30 años nacían 45.000 personas al año y hoy menos de 20.000, por debajo de la mitad.

Preguntado por el papel de los Gobiernos gallegos, se limitó a señalar que tanto éste como el anterior Ejecutivo "consiguieron introducir la demografía en la agenda política", lo que calificó de "importante" y necesario para solucionar el problema.

Para el economista, este asunto no se debe afrontar "sobre la base de la urgencia" y apostó por políticas que tengan el horizonte del largo plazo, "muy continuadas", lo que precisa un amplio consenso político y social. En el corto, expresó, como opinión personal, que "donde debemos actuar de forma más decidida es en el empleo juvenil".

Lago demandó una "planificación estratégica" de la economía, echó en falta un análisis más riguroso de cuál sería la incidencia de las actuaciones en las distintas vertientes que afectan a la natalidad y consideró que en Galicia hay "un problema muy serio" de programación a largo plazo y evitar localismos y otros factores que la dificultan.

Sobre la mayor o menor eficacia de potenciar los servicios públicos o centrarse más en las ayudas directas, el autor del informe reconoció que no hay estudios concluyentes en el ámbito europeo, pero agregó que, de los que conoce, "posiblemente" sea más eficaz el equipamiento de servicios.

Sobre las consecuencias de esta situación "extremadamente regresiva", Leiceaga apuntó que las consecuencias a corto y medio plazo pueden ser "leves", pero la gravedad está en el dinamismo y el crecimiento a largo plazo, por lo que "debería ser objeto de preocupación intenso de las autoridades", dijo, e insistió en que hay que actuar sobre elementos que no son exclusivamente demográficos, como el empleo, el estado de bienestar y el uso eficiente de los recursos.

Finalmente, Emilio Pérez Nieto, miembro de las direcciones tanto del Foro como del Círculo de Empresarios, resaltó la importancia de estos debates y la aportación que suponen a la sociedad por parte de universidades y empresas.

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