La Guardia Civil ha tumbado la coartada de Alberto S., el acusado por el crimen de Oza-Cesuras en 2021. Sostiene el procesado que irrumpió en la vivienda de Cristina N.T. para robar en compañía de un compinche y que fue este quien acabó matando a la mujer de un tiro en la nuca. Sin embargo, los agentes del instituto armado que analizaron el escenario del crimen aseguraron este viernes en el juicio "no se encontró ningún indicio que relacione este hecho con otra persona" que no sea el propio acusado.
Además, uno de los guardias civiles explicó que "desde el primer momento no parecía un robo habitual, algo raro había, era complicado que se tratase de un delito contra la propiedad", observación que refrendó la fiscala del caso: "Para haber sido un robo, no se llevaron ni un tenedor".
Cabe reseñar, asimismo, la mayúscula coincidencia de que, de entre las casi 200.000 viviendas del área urbana coruñesa, Alberto S. y su supuesto compinche eligiesen asaltar precisamente la casa de Cristina N.T., cuyo marido había mantenido un romance con la esposa del acusado, de la que era compañero de trabajo.
En este sentido, hay un trasfondo con tanto peso como una anterior estancia del acusado en prisión por dar una paliza precisamente al cónyuge de Cristina, de ahí que la Fiscalía tenga claro el móvil del crimen. "Sabemos que es un crimen motivado por una venganza, cuyo germen es una relación personal y estrecha entre la mujer del procesado y el marido de la víctima", explicó la representante del ministerio público.
También declararon este viernes los guardias civiles que encontraron a Alberto S. tras el crimen, agazapado en una zona boscosa. Relataron que este estaba "muy nervioso", hasta el punto de que entró en parada cardiorrespiratoria y tuvo que ser hospitalizado, antes de que el marido de la víctima intentase lincharlo al llegar a la casa.