Dos hermanos mueren por inhalación de gases en su casa familiar en Lugo

La Policía cree que las víctimas, de 54 y 48 años, perdieron la vida cuando un cortocircuito debido al mal estado de la instalación eléctrica provocó un incendio que generó los gases letales
La casa en la que fallecieron los hermanos lucenses. SEBAS SENANDE
photo_camera La casa en la que fallecieron los hermanos lucenses. SEBAS SENANDE

La tragedia visitó este lunes la aldea de Vilar, en la parroquia de Santiago de Meilán de la capital lucense, para llevarse la vida de dos hermanos, intoxicados por la inhalación de gases en su casa familiar. Se trata de José Luis N.R, de 54 años de edad, y Víctor N.R, de 48 años, que vivían solos en la vivienda.

Según medios policiales, su sala de alertas recibió un aviso poco antes de las cuatro de la tarde que informaba de una posible desgracia en la casa número 11 de Vilar, en Meilán. Los agentes tuvieron que preguntar a los vecinos cuál era la vivienda unifamiliar de los hermanos porque esta, que se encuentra pegada a la carretera vieja de Ombreiro, no tenía placa con número.

Cuando los policías nacionales llegaron, comprobaron que no había ya nada que hacer por ambos hermanos. Ni siquiera fue necesario avisar a los Bomberos, porque pese a que la casa estaba llena de humo ya se habían extinguido las llamas que no afectaron a la estructura de la casa ni a los cuerpos. Todo hace pensar en una muerte por inhalación de gases.

Los agentes, tras una primera inspección, formaron la hipótesis de que el fuego fue causado por un teléfono móvil que se estaba cargando. Un cortocircuito en el enchufe por el deplorable estado de la instalación eléctrica habría provocado un chispa que prendió en alguno de los muchos residuos orgánicos e inorgánicos que se distribuían por buena parte de la vivienda. El olor a quemado, pese a la ausencia de llamas y de daños visibles por el fuego, era muy persistente.

A las puertas de la casa quedaban el turismo de los hermanos y sus dos perros

Prácticamente nadie en Vilar se enteró de lo que pasó hasta que la presencia policial se hizo evidente. Según explicaron a El Progreso vecinos de este lugar, las casa en la que habitaban los dos hermanos había sido la de sus padres, primero, y después solo la del padre tras el divorcio. Parte de la familia se trasladó entonces a vivir con la madre, en el lucense barrio de A Cheda, donde la presencia de los dos hermanos se hizo notar por sus constantes problemas con el alcohol y las drogas. Según informaciones, habían sido identificados por los distintos cuerpos policiales en no pocas ocasiones.

Los vecinos, que destacan que los fallecidos apenas se dejaban ver ni hablaban con nadie, relatan que hace unos seis años, coincidiendo con el fallecimiento del padre, uno de los hermanos, Víctor, regresó a la vivienda. Hace alrededor de un año volvía el otro a Meilán.

Este lunes, la casa presentaba un aspecto de dejadez pero sin llegar al abandono, aunque asolada por la mala hierba que ha conquistado todo el jardín que la rodea. A la entrada quedaban un turismo y dos perros.