Todos los caminos de la investigación que, más de veinte años después, trata de aclarar la muerte de Déborah Fernández pasan por su expareja, Pablo P.S-L. La titular del juzgado de instrucción 2 de Tui citó a la experta lingüista Sheila Queralt para que declare ante ella este enero, después de haber presentado un informe que apunta que el único acusado en la causa —de hecho la única persona para la que no han prescrito los hechos— pudo "faltar a la verdad" en su comparecencia judicial.
La instrucción continúa, con un horizonte prorrogado por otros seis meses, después de que en noviembre la Audiencia de Pontevedra acordase no abrir por el momento el procedimiento de jurado para dicho caso, tal y como informaron este jueves los abogados de la familia de la víctima.
La razón dada es que todavía "existen una serie de líneas de investigación que se precisan para poder valorar los indicios existentes en la causa". Y el tribunal provincial añadía que la jueza decidió diferir la decisión de abrir este juicio con jurado hasta que se practiquen las pruebas acordadas y que faltan por llevar a cabo, "habida cuenta la complejidad del caso y la existencia de indicios de muy diversa índole", que hacen que sea preciso "agotar las vías de investigación" de cara a poder determinar si existen "indicios de la comisión de un delito de homicidio, que sería de la competencia del jurado". Además, apunta que las diligencias acordadas podrían revelar "indicios tendentes a señalar a otras personas".
Con todo, al cumplirse dos décadas desde que la joven fue hallada sin vida en una cuneta en O Rosal, en abril de este año prescribieron los hechos salvo para el único investigado: su exnovio. Ya solo se le puede juzgar a él, si procede, en relación con la muerte de Déborah. Y hacia él apunta, por tanto, esta nueva pericial.
"Falta de veracidad"
Queralt estaba convocada para mediados de este mes pero, tras suspenderse la sesión, deberá ahora acudir ante la instructora el 24 de enero. El objetivo es incidir en aspectos de un análisis previo en el que aseguraba haber detectado ciertos rasgos que indicarían que Pablo P.S-L. hizo un "intento de ocultar la verdad" en su declaración judicial.
Las conclusiones de la lingüista habían trascendido ya el pasado mayo, y aluden a aspectos concretos del testimonio del investigado, como aquellos referidos a la finalización de su relación con la víctima, en su explicación de por qué llegó tarde a un partido de fútbol el día que ella desapareció o cuando fue preguntado directamente por si hizo daño a Déborah o la mató.
Queralt recalcó que, aunque "no puede decir rotundamente si una persona está mintiendo", sí puede detectar "rasgos indicativos" como el uso de evasivas, palabras absolutas como 'nunca', 'jamás' o 'nadie'; repeticiones, despersonalización o respuestas en modo automático, recurrentes en el testimonio de Pablo P.S-L y que "indican falta de veracidad". "Precisamente en las cuestiones que han suscitado más controversia se desliza un lenguaje fraudulento", subrayó.
